La tardía vocación del mandamás electoral
Eloy Garza González

 

San Pedro Garza García.- El académico Lorenzo Córdova, presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), es grabado telefónicamente mientras proclama sus aspiraciones como escritor de ciencia ficción:

“Hay que escribir unas Crónicas Marcianas del INE. ¡No mames!”. De entrada, el lenguaje soez no escandaliza a nadie y menos en el INE donde mamar es el verbo más conjugado.

Lo estridente de esta revelación del tardío interés vocacional de Córdova (escribir narrativa) estriba en sus supuestas influencias literarias: Ray Bradbury, autor de “Crónicas Marcianas”, dejó en este libro de relatos uno magistral en contra del racismo: “Un camino a través del aire”, donde la discriminación racial la representa el personaje Samuel Teece, hombre blanco que no quiere reconocer abiertamente su profundo desprecio por los “otros”, los que no son como él.

“Yo no se si es cierto que hable así” se burla Córdova de un representante de líderes indígenas con quien se entrevistó recientemente, “pero no mames, vio mucho Llanero Solitario, cabrón, con ese Toro. O sea, no mames”. La reiteración del verbo garantiza que en el INE “mamar” es una práctica constante cuando menos en el léxico. Y es aquí donde el aspirante a novelista desbarra en sus lecturas y conocimiento de cultura popular, porque a continuación confunde a Toro (compañero del Llanero Solitario) con Toro Sentado, el legendario jefe sioux defensor de los nativos norteamericanos.

Es una pena que la difusión de esta llamada telefónica de Lorenzo Córdova, que por cierto evidenció el racismo latente del presidente del INE, también acabara con las aspiraciones de novelista de este afamado académico mexicano, miembro de la élite de los “sofisticados” como lo llamaría el propio Bradbury.

También es una lástima que, en vez de pedir disculpas públicamente, Córdova, el burlón, prefiriera denunciar el espionaje telefónico del que fue objeto. Quizá, en su fuero interno, al menos le quedará a Córdova el mismo placer de Samuel Teece, el personaje de Bradbury, de que los “otros” a quienes considera racialmente inferiores, se refieran a él hasta el último momento como su “señor”.