¿De dónde salió madame Vuitton?
Hugo L. del Río
Monterrey.- En Monterrey hemos tenido alcaldes buenos (muy pocos), alcaldes malos (muchos) pero, es hasta ahora que conocemos la experiencia de vivir sin edil. ¿Estará la alcaldesa deshojando las margaritas en la Costa Azul, en las Baleares o, puestos en un plan modesto, en el Caribe mexicano? Averígüelo Vargas.
Puede estar, por qué no, lo mismo en Marte que en Venus. Lo único cierto es que desde hace muchas lunas y muchos soles no está en el palacio municipal. ¿Es buena, es mala su ausencia? Creo que ni una cosa ni otra sino todo lo contrario, pero usted dirá.
Un manolo frívolo diría: Adrián de la Garza la tiene fácil: para superar a Sor Margarita le basta y sobra con tapar un bache y comprar un frasco de aspirinas para la Clínica Municipal. En comparación con Arellanes, igual Maderito-Blanco que Larrazabal el quesero adquieren las proporciones de un Uruchurtu. Monterrey es el Berlín de mayo de 1945: ruinas y desolación.
¿De dónde salió madame Vuitton? ¿Cuál es su fuente de energía para hacerle tanto daño a mi ciudad? ¿Es un genio del mal que desde un principio se propuso destruir a Monterrey o simplemente no le dio la neurona para otra cosa que dejar hacer, dejar pasar? Misterio impenetrable.
¿Qué tal si los caciques de Acción Nacional la nombran candidata y gana las elecciones? En su sexenio hubiera arrasado con el Cerro de la Silla, el de las Mitras, la Sierra Madre y se hubiera llevado a la Cola de Caballo para tenerla de regadera en su vivienda de interés social. Sin duda, hubiera vencido a Ivonne Shalalá. La panista sabe leer y escribir, eso sí nos consta.
De la Garza se estará haciendo la misma pregunta que Jaime Heliodoro: ¿de dónde voy a sacar el dinero para la quincena de los burócratas? Supongo que Rodrigo Medina y su papá son peores que Margarita porque ellos se acabaron a todo el estado en tanto que la rubia sólo pudo ejercer su vocación de Atila en Monterrey.
Pero, no debe uno emitir juicios tan duros sobre tan encantadora criatura. No conocemos sus pensamientos, ignoramos sus proyectos, no interpretamos sus sueños. ¿Qué tal si pensaba exportar baches? Llegaríamos a tener un PIB superior al de California. Quizás ella cifraba el progreso de la ex Sultana del Norte en los casinos pero, ya ven lo que pasó.
Además, tampoco la podemos culpar. Finalmente, ella le entregó las llaves de la macrourbe a Jesucristo. Y, como nos dijo John Donne hace quinientos años: “sólo instrumento somos del clero del amor”.
Pie de página
Estamos tan abrumados con nuestras crisis, que no nos asomamos a ver cómo gira el mundo. Y vaya que hay cambios. El Presidente Barack Obama ha puesto de manifiesto un raro talento para la política exterior. Primero, la normalización de relaciones con Cuba. No se trataba de echarle crema a las enchiladas sino de desanudar un nudo gordiano ligado hace de 56 años. Y, en seguida, el golpe magistral que posiblemente evitó otra guerra en el Cercano Oriente (si empiezan los balazos, la responsabilidad será del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu) al cerrar el acuerdo que impedirá a Irán construir armamento atómico. Los vecinos del Norte me causan envidia. No por sus centros comerciales ni sus autopistas ni su nivel de vida. Es que, quieras que no, tengo que comparar los grandes triunfos de Obama (quien además es fan de Game of Thrones) con la hoja de servicios de Peña Nieto y, pues…
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