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1916 31 Agosto 2015

 

 

Espíritu de veleta y botín de potentados
Hugo L. del Río

 

Monterrey.- Rodríguez Calderón canceló, de manera tajante –pero, ¿inequívoca?– el proyecto Monterrey VI. Esto lo hizo el viernes y el domingo a las 18 horas todavía no se desdecía. Si se mantiene fiel a su palabra –cosa que raramente hace– se habrá ganado la gratitud y el respeto de los nuevoleoneses.

Pero el hombre se ha dado a conocer por tener espíritu de veleta. Por ello, nos mantenemos un tanto escépticos. Ya tenemos las bolsas de confeti; los artificieros pusieron sus cohetones en batería y los campaneros están listos para echar a vuelo los címbalos. Sin embargo, la experiencia nos llama a ser prudentes. Si, efectivamente, el ingeniero agrónomo combina testosterona y sesos con amor por la patria chica, le pondremos alfombra de flores al paso del corcel en el que, centauro de Galeana, llegará al recinto donde será investido como gobernador.

No es muy ortodoxo esto de compartir con su caballo el honor de ser el mero mero petatero de la administración pública de Nuevo León. No sólo se antoja harto rupestre, sino que da una idea de ciertos rasgos infantiles en el carácter y temperamento de Jaime Heliodoro. Pero, parafraseando a Enrique IV, podemos decir que Nuevo León bien vale una cabalgata.

Eso es lo de menos. Lo de más es que el club de la gente bonita le impuso al ex edil de García el programa de gobierno. Jaime Heliodoro nos hace vivir aquella estrofa de la vieja canción chilena: “un derecho y un revés/ la vida, qué dura es”. Aquí, al igual que en todo el mundo, los grandes empresarios se ocupan de atender sus intereses. “La única diferencia entre un comerciante y un ladrón es que el comerciante tiene paciencia”, escribió Óscar Wilde. De modo que el Bronco va a gobernar para el beneficio del gran capital. Me parece incorrecto. No votamos por él para que pusiera el gobierno en manos de la plutocracia.

Sabemos que Fernando Elizondo tiene compromisos con sus, digamos, hermanos de clase: es uno de ellos: de los que, como apunta Tagore, “han hecho del mundo su pasto”. No, Jaime Heliodoro; no, Fernando: Nuevo León no es botín de potentados. No estamos dispuestos a cambiar a la familia Medina por un par las dinastías de nababs.

Pie de página
Porfirio Díaz tiene su estatua en Orizaba, Veracruz, a media cuadra de Río Blanco, donde el ejército porfirista asesinó a docenas de obreros quienes incurrieron en el grave delito de ir a la huelga. “Así se gobierna, señor Presidente”, le dijo al oaxaqueño la casta divina. Aquí Vidaurri tiene muchos admiradores. Ya que estamos decididos a rendir pleitesía a traidores y asesinos, propongo un grupo escultórico en el que aparezcan unidos en un abrazo Victoriano Huerta, Somoza y Pinochet.

hugo1857@outlook.com

 

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