El campo minado de la Comunicación Social
Hugo L. del Río

 

Monterrey.- La inmensa mayoría de los diputados locales se vende al mejor postor. El Bronco ya tiene  muchos problemas. Y algunas soluciones. El gobernador electo no debe perder el sueño ni el apetito por el hecho de que el Congreso esté dominado por los priístas y sus cómplices.

En todo caso, debe preocuparse por conseguir el dinero para comprar a los legisladores corruptos, quienes forman la inmensa mayoría, como lo acabamos de ver con el cambio de chaqueta de algunos de ellos. Dicen que por motivos ideológicos abandonan el partido que los llevó a tres años de riqueza y placer. La otra queja, tan digna de credibilidad como la “verdad histórica” de la PGR sobre la tragedia de Iguala: su bandería no los toma en cuenta, aunque les regaló la curul.

México es un país tan original que, me consta, algunos padres conscriptos son honestos. Pero hablamos de la minoría más minoritaria –si se me perdona el atropello al idioma– del Universo. Consiga Rodríguez Calderón el billete gordo y tendrá la Legislatura a su servicio. Asunto acabado.

Una de las áreas donde Bronco debe tener mucho cuidado al caminar porque es campo minado es Comunicación Social. Circula, muy fuerte, el rumor de que Mario Gámez no sólo será titular de esa Dirección sino, además, se hará cargo del canal de TV del estado.

Cuando Félix Cortés Camarillo lo corrió –sin perder tiempo en cortesías– de Multimedios, de Natividad hasta el conserje hubo suspiros de alivio en el palacio de cantera y en muchas otras partes. Gámez tiene muy mala fama. Y en política, más que en otros oficios, es válida aquella sentencia de que la mujer del César no sólo debe ser honesta, sino parecerlo.

Además, el susodicho es concesionario de varias estaciones de radio. Y uno es mal pensado: ¿acaso no será fuerte la tentación de favorecer a sus radioemisoras con uno que otro contrato de publicidad?

No hablemos de la compra de equipo y tecnología para TV Nuevo León. En comparación con estas adquisiciones, los moches en obras públicas son caja chica. Los últimos gobernadores han tenido muy mala imagen en los medios. En gran medida ha sido culpa de ellos, pero los voceros han ayudado mucho en la comisión de errores.

Jaime Heliodoro ha tenido, hasta ahora, un trato privilegiado por parte de la Prensa, radio y televisión. Si designa a Mario Gámez como zar de las comunicaciones, la luna de miel terminará pronto y de fea manera. Tenga presente el de Galeana que “en el principio era el Verbo”.

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