Suscribete

 
1954 22 Octubre 2015

 

 

Tecnofobia y otros males públicos
Eloy Garza González

 

Monterrey.- La  política en Nuevo León no puede seguir funcionando como hasta ahora. Nuestra clase política, corrupta y degenerada, sea partidista o independiente, supone que un simple like en Facebook es suficiente para subvertir el actual esquema de abuso del poder.

De la mano de estas frivolidades digitales marchan al compás cambios como la transferencia de dinero en línea, afinidades electivas que se forman en escasos minutos de contacto por Internet y hábitos de consumo en línea.

Las formas de pensar se han vuelto más individuales y autónomas pero al mismo tiempo más comunitarias. Aquella antigua corriente filosófica que preconizaba al ser humano exclusivamente como ser social (Robinson Crusoe perdería cualquier rasgo como persona tarde o temprano en su isla desierta) se patentiza en el uso actual de las redes sociales, magma hirviente de simpatías y diferencias colectivas.

La tecnología diseña un nuevo modelo de gestión pública. La big data ahora secuestrada, monopolizada y distorsionada por gobiernos que desprecian la transparencia, tenderá a abrirse a los ciudadanos pese a las regulaciones represivas. Y entonces se crearán circuitos de retroalimentación ciudadana donde el rol del gobierno saldrá sobrando en muchos campos.

Esta es la conclusión a la que ha llegado el exalcalde de San Francisco, Gavin Newsom en su libro “Citizenville. How to take the town Squire digital and reinvent goverment”. La ciudad que Newson administró es una de las más experimentales en materia tecnológica y los resultados saltan a la vista: una ciudad que por años se comparó en retraso digital a Estonia o México y que en poco tiempo evolucionó al moderno entramado progresista del que ahora goza, con ciudadanos conectados en Internet para tomar casi todas las decisiones públicas en infraestructura urbana, plataformas de estímulos a emprendedores, información instantánea para trámites legales y conexiones a oficinas de correos, sistema de seguridad y protección civil.

San Francisco y su Silicon Valley han reinventado la relación de los ciudadanos con su gobierno, que ya es en gran medida digital y cien por ciento transparente. Newson pone el dedo en la llaga cuando escribe: “Resistirse a las nuevas tecnologías es la posición por defecto del gobierno. La historia de gobernar es una historia de tecnofobia”.

Por desgracia, parece que Newson describe al pie de la letra a los políticos nuevoleoneses. Y por eso nos va como nos va.

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

 

15diario.com