El asalto de la diversidad
Roberto Guillén
Monterrey.- La editorial Oficio que sigue comandando el poeta Arnulfo Vigil ahora nos brinda Lentejuelas y Sangre, un título de Fernando Cavazos Torres, donde nos relata el realismo mágico en que gira la existencia de los llamados “exóticos”, esos personajes de la lucha libre que han florecido como una mixtura de la androginia irreverente que ya barruntaban el espíritu de una festiva protesta social.
El libro contiene una valiosa introducción de mismo Vigil, quien nos abre el baúl de un realismo mágico que ha cultivado no sólo como aficionado al deporte de los costalazos, sino que también ha convivido con los mismos luchadores, a tal grado de compartir las cheves, la carne asada y en otros casos, el brindarles un espacio a los luchadores que en su vejez sufren por no contar con un fondo de retiro. De tal manera que su narrativa está jaspeada con el humanismo de un periodista que busca rescatar a las estampas de la lucha libre que ningún editor ha llevado a las páginas de un libro.
Para muestra les presentemos estas breves líneas:
Los exóticos saben lucha olímpica, intercolegial y grecorromana. Se prepararon en la universidad del gimnasio. Los exóticos se tienen que fajar igual que cualquier otro luchador. No por ser de finos modales le tienen miedo a los golpes. Y las recompensas y los castigos son iguales: lesiones, sobre todo. Y los triunfos: Rudy Reyna ganó más de 10 cabelleras e igual número de máscaras, además del monumental trofeo Azteca derrotando al Bello Grecco. Pimpinela (hasta donde se acuerda) tiene en su haber cinco cabelleras, la de Rezama, Rocky Santana, Los Dragones Chinos I y II Bello Grecco. Y también un sinnúmero de máscaras. Y gran pique con Sergio “Vaquero” Romo. Claro, también está el sabor amargo de la derrota. En 2013 en una Jaula de las Locas, Nayarit, entre hombres, mujeres y exóticos apostando máscaras y cabelleras, con la participación de Sexy Star, Faby Apache, Pasión Krystal, Polvo de Estrellas, Jennifer Blacke, Mamba, Yuriko, Pimpìnela perdió la cabellera ante el joven exótico Mamba, que logró salir de la jaula…
***Festiva pirotecnia donde se abre un intersticio para flotar con la remembranza del Mito, más o menos eso es la lucha libre mexicana. El exótico es el asalto de la Diversidad. La irrupción de lo irreductible. Más allá de sus plumajes, perfumes y demás refinamientos, lo que realmente distingue a estos personajes, es la categoría de Ser Diferentes. De ser abierta y manifiestamente Diferentes. El exótico rompe el himen social del Pedro Infante que todos llevamos dentro. Y en términos de un activista callejero, ellos encarnan la dialéctica fiesta contra los agachados.
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En su obra, Fernando Cavazos nos relata los pormenores de cada luchador exótico, la gran mayoría de ellos de extracción humilde. Es un vivo catálogo donde pueden conocer las andanzas de Sexy Maciel,Larry Miranda, Orquídea Negra, la Chica de Arabia, Dulce Canela, el Bello David y sexy piscis, entre otros.
El autor nos presenta toda una documentación de un ramillete de trayectorias que permanecían en la penumbra de lo inadvertido. Y abrir su libro es como abrir un baúl de realismo mágico.
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¿Qué es un travesti?
La onomatopeya plástica de la Diversidad.
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Los luchadores exóticos no usan máscara porque no la necesitan, se quitan la máscara de la hipocresía y de la doble moral. Aquí estoy, así soy. Ya me quité la máscara. Los luchadores exóticos, quizás sin quererlo, son los precursores en México de la visibilidad homosexual, de las manifestaciones y protestas gay y del orgullo de la disidencia sexual.
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“Los exóticos estamos tratando de derrumbar el tabú de la homosexualidad. Arriba del ring dejo de ser la persona frágil que soy. Saben que nosotros somos tan cabronas como lo son ellos. Independientemente de nuestro sexo, arriba del ring se ve quién es quién”.
Miss Gaviota.
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Lo marginal en el epicentro del relajo-ritual…
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