Miedos que paralizan gobiernos
Eloy Garza González

Monterrey.- La mayoría de los nuevoleoneses queremos que se proceda penalmente en contra de Rodrigo Medina y Margarita Arellanes. Es más: esa fue una de las promesas de campaña que aún esperamos cumpla el actual gobernador Jaime Rodríguez.

Sin embargo, en esos escarceos legales en contra de Rodrigo y Margarita (que se prolongan más de lo deseado), estamos sufriendo daños colaterales. Como no ha podido procesarse al ex gobernador y a la ex alcaldesa, las denuncias apuntan a sus subalternos que firmaron documentos oficiales comprometedores.

Ahora, la mayoría de los servidores públicos en funciones, ya no aceptan estampar su firma o visto bueno en un oficio de gobierno, aunque así se lo ordene su jefe superior, por miedo a incurrir en responsabilidad futura. Y ese temor está paralizando la gestión gubernamental, especialmente en áreas sensibles como desarrollo urbano.

Hay solicitudes ciudadanas de uso de suelo o edificación que duermen el sueño de los justos sin que pasen a la siguiente etapa. Se apilan en los despachos oficiales en espera eterna del trámite correspondiente. Y dado que cada solicitud recibida en ventanilla tiene que resolverse en un plazo no mayor a 30 días, muchas solicitudes ni siquiera han sido recibidas en gobierno, o están a medio procesar.

Esta parálisis de gobierno provoca que no abra el comercio o la empresa que daría empleo a más nuevoleoneses, impide el circulante de dinero necesario para que avance una comunidad, o estanca la economía local por culpa del burocratismo que frena a los emprendedores.

El miedo en los servidores públicos es comprensible, pero también el rezago burocrático puede matar el desarrollo social, que no se salva ni regalando como remedio populista miles de despensas para consumirse en menos de una semana.