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2169 18 Agosto 2016

 

 

INTERÉS PÚBLICO
Polarización
Víctor Reynoso

 

Puebla.- La reciente declaración patrimonial de Andrés Manuel López Obrador, su “3 de 3” (ingresos y propiedad de él y de sus parientes cercanos), reproduce lo que este líder político ha sido por lo menos desde 2006: un factor de polarización.

Algunos verán en dicha declaración un acto de congruencia y honradez. Otros ven ya en ella un acto de simulación, una burla, una demostración de que al tabasqueño no le interesa ni el apego a la ley ni cuestiones como la transparencia y la rendición de cuentas.

Una cuestión a observar es si después de esta declaración cambiarán las simpatías por López Obrador o quedarán intactas. Si le ganarán simpatizantes o si se los restarán. Lo más fácil es decir que nada cambiará: después de más de dos décadas en el centro del escenario político nacional las preferencias y los rechazos por este político están ya bien definidos y no es fácil que algún hecho, como el comentado, los cambie.

Pero podría haber cambios. En una sociedad harta de las denuncias y noticias de corrupción, cansada de la ausencia de sanciones, el perfil de político austero sin duda resulta atractivo. Hay que considerar además que cada elección presidencial se incorporan varios cientos de millones de nuevos votantes, que poco saben de la política previa del país y que decidirán su voto, ante todo, por las nuevas noticias.

Pero quizá el líder nacional de Morena se pasó. Nadie en su sano juicio espera que un político que ha ocupado cargos de alto nivel (dirigente nacional del PRD; Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, ahora presidente nacional del nuevo partido) tenga ingresos y propiedad inferiores a la de un profesor universitario o a las de un funcionario menor. Que no tenga automóvil, tarjeta de crédito, chequera, o algún bien inmueble.

Por no hablar de la ambigüedad y de las contradicciones. Declaró que no posee bienes inmuebles, porque los había donado a sus hijos. ¿Los donó para que su declaración quedara a modo? El que sus hijos tengan ahora esas propiedades, ¿no lo hace de alguna manera copropietario? ¿Qué necesidad de donarlas, ahora que hay 3 de 3 (los que saben de eso recomiendan no heredar ni donar en vida, por muy buenas razones)? ¿Simplemente dar una imagen? Había declarado además que tenía ingresos por sus libros y conferencias, pero ahora no lo declara.

Todo lo anterior ha llevado a que sus críticos y adversarios lo critiquen y se afirmen en su adversidad. Lo han visto como una persona deshonesta, simuladora. Como alguien que pretende proyectar una imagen de mesías carente de todo bien material, implicando con ello los riesgos de todo mesianismo.

¿Qué efectos hubiera tenido si presenta una declaración de bienes esperable de alguien que ha tenido los ingresos derivados de sus cargos (y de sus libros, y de sus conferencias)? Quizá más positivo para él.

Ya veremos si hay algún cambio en las preferencias por el líder de Morena después de estas declaraciones. Lo que parece claro es que para el 2018 representará más o menos el mismo papel que representó en 2006 y 2012.

* Profesor de la UDLAP.


 

 

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