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2252 13 Diciembre 2016

 

 

Vecinos damnificados
Eloy Garza González

 

Monterrey.- Las crisis económicas dejan una estela de damnificados. En México, los pobres emigran a EUA. En nuestro Vecino del Norte, la clase trabajadora no tiene a dónde emigrar. La falta de oportunidades son un arma que cargan en contra del migrante mexicano, musulmán y chino. Ese fue el fatalismo colectivo del que se aprovechó Donald Trump.

Así se formó el más grande movimiento populista de extrema derecha. Su ataque apuntó a los extremos de una cuerda: las élites gobernantes, acusadas con razón de burocráticas y corruptas. Y las olas de extranjeros que vienen a arrebatarles lo que consideran suyo: fuentes de trabajo, espacios laborales.

Trump aglutinó en torno suyo a las “víctimas de la crisis”, los resabios de la globalización, bajo una narrativa maniquea. Los mexicanos tienen la culpa. Ellos son los antagonistas que conspiran en contra de los americanos genuinos, pasto seco para el fuego del populismo nacionalista. La amenaza para el trabajador americano es un monstruo bifronte: los migrantes y la salida al extranjero de empresas en busca de mano de obra barata.

La oferta de Trump es simplona: desde el gobierno –sólo con él– se podrá combatir a esos dos molinos de viento. Solo con el poder estatal, con el timón manejando por un populista narcisista, se puede catalizar el cambio de rumbo del país. ¿La solución? Deportar a los inmigrantes mexicanos y blindar con aranceles y regulaciones duras a la empresa nacional frente a la competencia exterior.

Donald Trump politiza el sufrimiento de los trabajadores que se sienten olvidados del poder, frenando los efectos de la globalización como quien pretende  vaciar el mar a cubetazos. Así se echó a la bolsa a los perdedores netos de la crisis. ¿Por cuánto tiempo? Hasta que la realidad imponga sus viejos fueros y la criminalización del extranjero no mejore en nada las condiciones de vida del norteamericano común.

Entonces los votantes de Trump se darán cuenta de que fueron usados para que un ególatra alcanzara el poder político. Y sentirse usado es la peor ofensa para quien se siente perdedor nato, o damnificado.



 

 

15diario.com