Mediocridad galopante en la UPN
José Luis Méndez

Ante la crisis que vive el país, parecería obvio que una manera de enfrentar esta situación lo sería precisamente ofreciendo programas educativos de calidad por parte de las diferentes instituciones consagradas a ello. Pero es el caso que nuestro sistema educativo no está  cumpliendo cabalmente con la tarea que históricamente se le ha encomendado: la de preparar a los niños y jóvenes mexicanos para enfrentar los retos que la realidad pudiera plantearles, así como cualesquier otro.

Un caso muy concreto lo tenemos en la UPN, que habiendo surgido a fines de los setentas como una alternativa universitaria para la formación del magisterio mexicano, y que a lo largo de sus treinta años de vida ha ofrecido puntuales respuestas académicas a los diferentes problemas de los estados, traducidas éstas en licenciaturas, maestrías y doctorados de  muy aceptable nivel. 

En nuestro estado, esta opción de formación para nuestros maestros no sólo no es apoyada y promovida por las autoridades correspondientes, sino que se ha dado el caso de cerrar opciones como lo es la licenciatura en Intervención Educativa (LIE), que habiéndose ofrecido al inicio del semestre por la Unidad 19-B de Guadalupe N.L., y habiéndose preinscrito casi medio centenar de potenciales alumnos, simplemente no se abrió, sin saberse hasta ahora las razones  de ello.

Sin duda que esta Unidad de la UPN, que en el pasado inmediato ha sido reconocida a nivel nacional por la calidad de sus programas escolares y personal académico, navegue hoy en la mediocridad por una evidente falta de proyecto académico para la institución, ausencia total de liderazgo, y  de visión a mediano y largo plazo de sus actuales autoridades administrativas.

La UPN de Guadalupe sufre hoy una realidad que no merecemos ni sus estudiantes, sus maestros, y menos la sociedad que mucho espera de nosotros.

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