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Por una enciclopedia urbana
Luis Valdez

28 de mayo de 2009. Un tipo sube a youtube el video en el que máscara de luchador puesta, anuncia que Vladipedia tendrá comentarios sobre películas, eventos económicos y temas de actualidad. Ronda por la ciudad con un amigo que lo graba en video, y sentado en la banqueta o mesa de un bar se pone la máscara y habla, entrevista o ladra.

Recuerdo que en mi último año como estudiante universitario, la facultad compró una enciclopedia multimedia. Buscabas un concepto y la definición contaba con texto y un archivo interactivo de audio y/o video. Por ejemplo, la II Guerra Mundial tenía un agregado con la escena de un tanque entrando a una ciudad en ruinas. También había audios con fragmentos de discursos. Tiempo después me tocó trabajar en una página de noticias por Internet en la que debíamos editar partes de video de los noticieros matutinos.

Con Internet hubo una evolución del criterio de contenido periodístico: los noticieros de la tv no contaban con texto, los periódicos no incluían video ni audio (tiempos anteriores al Ipad), pero las páginas noticiosas en Internet eran de lectura ágil y contaban con plataformas más completas. Los reporteros del futuro no sólo escribirían una nota junto a una fotografía. Alimentarían sus noticias con contenido multimedia.

Con el boom de los blogs, algunos independientes se pusieron las pilas y apenas sucedía algo, corrían al cibercafé más cercano para escribir en su blog que “hay un bloqueo de estudiantes de la Normal Superior porque no les dan plazas”. ¿La primera aparición de las redes sociales noticiosas, a lo que ahora es twitter? Porque mientras facebook se vuelve patético con sus comentarios de “hoy comeré camarones rellenos” y “Tengo una relación complicada”, en twitter las redes sociales han llegado al punto en que las noticias de primera mano obligan a los conductores de noticieros a aparecer frente a cámaras de tv sosteniendo sus laptops al momento que dicen: “Las redes sociales nos reportan que…”

Momento, plis… regresemos al tipo con la máscara de luchador. ¿Quién es? ¿Es cierto que el ego de alguien llamado Vladimir llega al punto en que Vladipedia quiere decir “La enciclopedia de Vladimir”? A inicios de 2010, Vladimir se inscribe en un curso de crónica en redes sociales. No todos llevan laptop. ¿Nos la pasamos hablando de facebook y twitter durante dos horas, mientras que algunos asistentes ni siquiera tienen correo electrónico?

Mejor vamos a darle un repaso a los géneros de la crónica. Los juglares, la crónica rosa, la crónica taurina, la nota roja. ¿Cómo fue que llegamos a este territorio del Internet? ¿Qué tanto puede decirse en una nota multimedia como los videos que Vladipedia sube a youtube?

No hay duda de que Vladipedia es una de las posibilidades de la crónica. El comentarista se sienta en la banqueta para dedicar unas palabras al Bar Retro, despotrica por los partidos de futbol (sigo sin estar de acuerdo en sus gustos futbolísticos), habla de películas malas y regulares como Crónicas mutantes, Ángeles y demonios, Furia de titanes, No eres tú soy yo (mención aparte la película El Infierno) y se lanza a presenciar las marchas por la paz y las ferias eróticas en la ciudad de los teibols y las caguamas.        

Eso es más que un reportaje para el Arqui, es más que comedia periodística con un tipo que brinca y hace preguntas bobas a la gente (sabiendo que nos vale madre contestar correctamente preguntas de primaria en un domingo de rol). Esto es periodismo independiente, testimonio, crónica, crítica, acto de rebeldía en vez de quedarnos en la esquina de la casa. Esto es más que el ego de Vladimir por ponerle su nombre a una serie de videos que enlaza de youtube a facebook y twitter. Es un testimonio (muy a su estilo, claro) de que somos animales de ciudad y buscamos reconocer/justificar nuestro papel en ella.

De no ser así, nosotros mismos seremos la víctimas de la siguiente balacera, y ni quién grite.

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