Segunda jornada de la reforma política
Carlos Manuel Sabines
 
Ciudad de México.- Ayer a las 11 horas se reanudó la sesión suspendida anteayer sobre la reforma política, que resultó muy accidentada, debido a dos componentes: la deleznable conducción de Chuayffet y la evidente posición del PRI, que presentó a la nación la verdadera cara del antiguo partidazo, que ha cambiado, para no cambiar, al mejor estilo de Lampedusa.  
 
Los temas tratados fueron:
 
Consulta ciudadana: aprobada de acuerdo al dictamen. Izquierda en contra.
 
Reelección legislativa: rechazada.
 
Consulta popular: Aprobada de acuerdo al dictamen.  Izquierda en contra.
 
Revocación de mandato: rechazada por PRI-PVEM. Izquierda a favor.
 
Iniciativa popular: rechazada.
 
La conducción de Chuayffet de ayer fue menos mala que la de anteayer. Los legisladores se pasaron más de dos horas discutiendo sobre el problema de si una propuesta debe ser presentada por escrito o no.
 
Es cierto que las leyes y reglamentos se elaboran para ser cumplidos a cabalidad; que tanto las leyes y reglamentos fueron construidas con los votos de la mayoría de los diputados; pero también y principalmente que el Pleno de la Cámara es el supremo poder de la misma, por encima de Juntas de Coordinación Política, Comisiones, Mesa Directiva y demás órganos de conducción de las labores legislativas.
 
Bajo esa óptica la vocación de burócrata de Chuayffet, cumplida a carta cabal, no le permitió asumir la responsabilidad de proponer que el Pleno fuera el máximo poder para decidir lo que se tardaron más de 2 horas debatiendo. 
 
Hasta ahora, lo que queda más que claro, es que el PRI-PVEM están quedando en total evidencia ante la opinión pública.

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