ANÁLISIS A FONDO
Trabajo, sí, pero…
Francisco Gómez Maza

Presume el gobierno del aumento del empleo
Pero las familias mexicanas sólo sobreviven

Gran alharaca están haciendo los responsables de la política económica, especialmente los secretarios Ernesto Cordero, de Hacienda y Crédito Público, y Javier Lozano, del Trabajo y Previsión Social, en torno a los logros del gobierno en cuanto a la generación de puestos de trabajo.

Ayer ambos ofrecieron una conferencia de prensa, para destacar que el nivel de empleo en México alcanzó su “nivel  histórico más alto desde 2009”, pues se crearon 271 mil nuevos puestos de trabajo en lo que va de 2011 para llegar a un total de 14 millones 882 mil registros ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Cordero, sin embargo, admitió que existe preocupación del gobierno federal por mejorar la calidad del empleo y del salario. En tanto, Pero aclaró que no todos los salarios son de baja calidad y mal remunerados. Según Cordero, más de la mitad de registros ante el IMSS ganan más de dos salarios mínimos y hay una mejoría en la composición del empleo, pues 75 por ciento de las plazas son permanentes y 25 por ciento, eventuales. Lozano dijo que el salario promedio de cotización es de 246 pesos diarios, cifra 3.85 por ciento mayor a la que se alcanzó en febrero de 2010.

El desempleo en México se ubicó en 4,61% en marzo pasado, lo cual reflejó una leve disminución de 0.20 puntos porcentuales respecto del mismo mes del año anterior, según el Instituto Nacional de Estadística (INEGI). "La tasa de desocupación fue de 4.61% de la población económicamente activa, en el tercer mes de 2011, porcentaje inferior al que se registró en el mismo mes de 2010, cuando se situó en 4,81%".

El INEGI reportó una disminución de la población subocupada, que en marzo se ubicó en 8.1%, un porcentaje menor al 8.6% del mismo mes en 2010. En términos anuales, al cierre de 2010 el empleo en México aumentó 5.3% respecto al año anterior, equivalente a 730.348 nuevos empleos. Este incremento fue el mayor de los últimos 14 años y producto de la recuperación de la economía mexicana, debido a una mayor demanda externa en el primer semestre y un avance de la demanda interna en el resto del año.

Las cifras ofrecidas por Cordero y Lozano son ilusorias. Cordero mismo manifiesta preocupación por la calidad de los empleos creados. Ganar en México dos salarios mínimos no resuelve el problema de una familia. El salario mínimo diario en las zonas más privilegiadas del país, por vida cara, no rebasa los 60 pesos (5.17 dólares, al tipo de cambio de ayer lunes), y qué vida digna puede vivir una familia con poco más de diez dólares estadounidenses al día. Y estamos hablando de quienes están empleados.

Consultada por el periódico El Universal de ciudad de México, la firma Zonajobs, dedicada a ofertar empleo a través de la web, dijo que 50% de las vacantes ofrecen entre los 3 mil y 7 mil pesos. La empresa Trabajando.com también afirmó que los sueldos están rezagados y el poder adquisitivo de los mexicanos se ha precarizado en los últimos años. En Análisis a Fondo dimos cuenta ya que el poder adquisitivo de los salarios experimentó una caída de hasta 47%, según los analistas de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México, durante los últimos cuatro años.

“La mayoría de los mexicanos se ubica en un rango de uno a dos salarios mínimos; esto ha incrementado en el último año, y aproximadamente 20% de la población ocupada gana de dos a tres salarios mínimos”, le dijo a El Universal Margarita Chico, directora general de Trabajando.com México.

Hay que considerar también la inflación, el impuesto de los pobres. México constituye campo propicio para comprobar cómo opera la inflación durante el proceso del desarrollo económico. En el curso de los últimos veinte años, el país ha logrado una tasa de crecimiento muy rápido, a pesar de ser un país pobre, y al lado de este crecimiento se ha registrado una inflación considerable y persistente. Aun cuando no se advierte con claridad si el gobierno ha seguido una política explícita y continua de la inflación deliberada, es evidente que de un modo intencional se ha servido de la creación irrestringida de dinero para fomentar sus programas de desarrollo. Pero quienes pagan los platos rotos son los trabajadores empleados, mal empleados, con trabajos de mala calidad y salarios injustos.

A desfondo: Dice el secretario Cordero que el incremento en el combustible (gasolinas y diesel) que se observa en el país es menor al de otras naciones… Que el “desliz” (aumento, señor Cordero) mensual del precio del energético es mucho menor al crecimiento que se reporta en el resto del mundo, “lo que ayuda a que el país no tenga presiones inflacionarias.” Y Lozano agrega: la época de los “gasolinazos” se terminó. Antes, los aumentos se daban de un día para otro, y en lo “oscurito”. Ahora son anunciados y planeados, “pero el oportunismo político nos quiere hacer ver como insensibles”. (Oh, cuánta sabiduría).

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