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1007 5 Marzo 2012

LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
Crisis europea y el golpe de estado neoliberal
Edilberto Cervantes Galván

Monterrey.- Quienes atinaron a señalar a la dictadura financiera, como la responsable de la crisis social que se extiende por los países desarrollados, fueron los indignados que ocuparon Wall Street.

Las protestas multitudinarias de la semana pasada en Grecia, España, Italia, Francia, responden a medidas de austeridad o en palabras llanas severos recortes que se están imponiendo a la sociedad europea de manera autoritaria.

Se nos dice que los gobiernos están gastando de más y el nivel de endeudamiento se ha elevado hasta un punto que es insostenible, claro desde la perspectiva de los bancos y las empresas calificadoras. Mismas instituciones que provocaron la crisis en 2008 en los Estados Unidos y que de manera unilateral deciden cuándo, cuánto y cómo le suministran recursos a gobiernos en apuros. Si una de las calificadoras muestra dudas, a partir de sus propios análisis, sobre las condiciones de manejo financiero en que se encuentra un país, de inmediato se le encarece el crédito a éste último. No hay quien modere, regule o sancione a las calificadoras: un verdadero poder soberano.
  
Las medidas de austeridad sin embargo no se limitan a la esfera del gobierno, sino que afectan directamente a la población.

En Grecia se impusieron despidos de empleados públicos y reducciones en los gastos de gobierno, también una severa reducción de los salarios y una disminución en las pensiones, cuando ya estaban en una situación de desempleo masivo.

En España, las medidas impuestas por el gobierno son muy parecidas y al igual que en Grecia las protestas no se han hecho esperar.
Son decenas de miles de españoles que han protestado contra los recortes en los salarios interprofesionales, contra las reducciones en el presupuesto de educación, que ya dejaron a escuelas sin calefacción en uno de los inviernos más crudos.  
La economía española se encamina hacia la recesión, y el desempleo supera el 23% de la población económicamente activa.

Mientras tanto los gobiernos de Francia y Alemania están impulsando un acuerdo para imponer lo que denominan en forma elegante: “régimen de austeridad” en toda la zona europea.

Los gobiernos estarán obligados a establecer en las constituciones nacionales la norma de equilibrio presupuestario. El tratado indica como límite del déficit estructural un 0.5 por ciento del PIB.
Cuando un país haya superado el límite del 60 por ciento de deuda, deberá reducir el excedente a un ritmo de una veinteava parte cada año.

El Tribunal de la Unión Europea podrá imponer sanciones económicas de hasta el 0.1 por ciento del PIB a los Estados que no hayan incorporado en su legislación la regla de oro. El producto de las multas se destinará al Mecanismo Europeo de Estabilización (MEDE) en el caso de los países del euro, y al presupuesto comunitario, en el resto.
La mayoría de los gobiernos europeos no parecen encontrar ninguna otra opción. Lo cual va a significar que los recortes de salarios, de pensiones, en la educación, en la salud, etc., se impondrán por todo el continente.

Las políticas económicas, las inspiradas en Keynes, que otorgaban al gobierno y al gasto público un papel relevante en la dinámica económica quedarán ahora prohibidas o ilegales. En cambio, se elevan a norma constitucional los postulados del pensamiento económico neoliberal. Que no son más que eso, meros postulados.
Hasta ahora sólo hay una voz discordante, débil pero discordante, se trata del candidato socialista a la presidencia de Francia que va adelante en las preferencias de voto.

 

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pq94

La Quincena Nº92


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