EN LAS NUBES
Inteligencia política
Carlos Ravelo Galindo

Ciudad de México.- Quienes pontifican, presumen de saber todo en la vida, critican a los que no pueden responder y se frotan las manos por vencer a la inteligencia política, hoy por hoy sufrieron un revés aparatoso, pues se equivocaron de palmo a palmo en lo sucedido al señor diputado federal por el tricolor Francisco Moreno Merino, a quien acaba su alma mater, el PRI, de dejarlo sin su lugar en la próxima cámara de senadores, en donde ya estaba, de hecho y por derecho en posesión, a partir del primero de septiembre de este glorioso año, cuando comiencen los seis para los 128 nuevos integrantes de la Cámara Alta.

En efecto, todos lo sabemos por lo que han publicado diarios, transmitido radio, televisión e internet ante el beneplácito de las damas a quienes, dicen, ofendió con un dicho poco comedido, no sólo para las féminas sino para los mismos burros y los poco inteligentes. Claro, es obvio, que no lo dejarán sin fuero por lo que todos criticaron al calificarlo de corto talento. Seguirá con él al menos durante esta Legislatura que termina también el 31 de agosto.

Hay una teoría que la descubrió mi nieto Jorge Alberto, al aseverar que lo que hizo don Francisco Moreno Merino, fue con toda intención y de común acuerdo con su fracción para sentar con la ayuda y aplauso de todo mundo un punto de vista sencillo: la defensa de la mujer, sobre todo ahora que una ecléctica candidata a ocupar la silla presidencial proclama su futuro matriarcado.

Fue otra dama, a la que también le quitaron sus compañeros panistas, doña Augusta Díaz de Rivera, la llegada por Puebla al senado, quien inocentemente propició, al arremeter contra Moreno Merino en el Congreso, la intervención del tricolor, quien a grito “pelado”, como dirían los pontificadores, hicieron evidente su malestar y lo remediaron privándolo de la canonjía que había obtenido. El morelense ya sabía de antemano la tormenta que se abatiría en su contra, pero fue consciente de que su martirologio serviría para que su partido político y su candidato a presidente cerraran la boca a sus detractores y convencieran a los ciudadanos enardecidos por la ofensa a la mujer, que el castigo, entre comillas, impuesto al infractor era sencillamente justo y ejemplar, porque con la honra de la mujer no puede, nunca, ponerse en duda, aun cuando, decimos nosotros, exista.

Invocan nuestros excelsos intelectuales, que el fuero constitucional, artículo 61, impide que a diputados y senadores se les aplique castigo alguno, aun cuando sobrepasen la ética, la moral y las buenas costumbres. Pero pasaron por alto, que no impide que el partido politico al que pertenecen sí los sancione públicamente, a pulmón batiente para que todo el mundo se entere y aplauda como ya se hizo al PRI. Y quede claro, que los jóvenes de hoy y los viejos de antaño del tricolor, nunca estarán en contra de las féminas, como mucha gente del azul ha hecho circular contra el candidato.

Deberemos esperar a que pasen las elecciones del primero de julio próximo, y más aún, al primero de diciembre, cuando ya existe presidente de México constitucional para saber que al joven Francisco Moreno Merino, por su gesta “heroica” del 15 de marzo, al repetir lo que en su oportunidad dijera el hoy extinto gobernador de Guerrero, Rubén Figueroa, le será retribuida su contribución al triunfo de su candidato. Y si no tenemos la razón, démosle tiempo al tiempo y clemencia a quienes todavía no podemos presumir de intelectuales, sino de modestos reporteros. Hay que llegar a viejo periodista para saber de la inteligencia política.

carlosravelogalindo@yahoo.com.mx