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1066 25 Mayo 2012

 

ANÁLISIS A FONDO
¿Calderón acorralado?
Francisco Gómez Maza

“El Chapo” y los Zetas, lo retan
“Aún estamos vivos”, advierten

Ciudad de México.- Mientras los ojos de un sector de ciudadanos ─el de los que no tienen mucha hambre─ están enfocados en los dimes y diretes de los candidatos presidenciales, al país lo está desangrando, con mayor saña, la impiedad de las bandas del narco y el crimen organizado, en franco reto al presidente Calderón, quien no ha podido con ellas.

Y mientras el gobierno encarcela a generales del Ejército, en retiro, bajo sospecha de involucramiento con los criminales, y los medios  a modo escandalizan, para atacar al candidato del PRI, con investigaciones, por los mismos motivos, a ex gobernadores priístas, las pandillas parecen decir: “aquí seguimos, el presidente nos hace lo que el viento a Juárez”.

El periódico The Washington Post, en su edición de ayer jueves, destacó “la brutal guerra que, en los últimos meses, han protagonizado los dos principales cárteles que operan en el país, el de Sinaloa (de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán Loera) y el de ‘Los Zetas’. El objetivo ─dice el diario─ “causar terror, intimidar a las fuerzas de seguridad y provocar al presidente Felipe Calderón”.

El rotativo washingtoniano consultó a varios expertos en seguridad y concluyó que los grupos del crimen organizado ya no se limitan a sostener enfrentamientos a nivel local, sino que libran entre ellos “una guerra desesperada” en “múltiples frentes de batalla” a lo largo de México.

El diario cita a Alejandro Hope, analista del Instituto Mexicano para la Competitividad; a Jorge Chabat, del Centro de Investigación y Estudios Económicos; a Martín Barrón, experto en seguridad en el Instituto Nacional de Ciencias Penales, y al secretario de Gobernación, Alejandro Poiré.

“Los dos cárteles más importantes de México están enfrascados en una guerra sin cuartel, y los combatientes persiguen una estrategia de intimidación y propaganda, al tirar un mayor número de cuerpos decapitados a la vista pública”.

Cuál es la motivación detrás de las masacres. Martín Barrón, del Instituto Nacional de Ciencias Penales, le responde al periódico: “Estos actos demuestran fuerza. Con ellos, los criminales le dicen al mundo, al gobierno, a sus opositores: ‘yo estoy vivo. No me han derrotado. Todavía estoy aquí’. Muestran el músculo, explica Barrón.”
Reporta el periódico que ambos grupos criminales y sus filiales solían aniquilarse discretamente. Ahora realizan masacres públicas, como los 49 cuerpos descuartizados, hallados en Cadereyta, Nuevo León, hace un par de semanas, o los 14 hallados en Nuevo Laredo. Y las víctimas parecen ser criminales comunes. No parte del narco.

Citando a fuentes de seguridad estadounidenses, el rotativo indica que cada vez es más común ver a células de “zetas” incursionando en territorios pertenecientes al cártel de Sinaloa, incluso en los principales bastiones de “El Chapo” en la Sierra Madre, como Baridaguato y Choix.

Parte de la estrategia de los cárteles, de llevar los enfrentamientos a otros territorios, es la de “calentar la plaza”, dijo The Washington Post. Así, los distintos grupos esperan atraer la respuesta de las fuerzas federales, el Ejército y la Marina, para acorralar a las células criminales locales y presionar a los cárteles dominantes.

“Lo que fue visto una vez como extremo es ahora normal. Así que estas bandas deben encontrar nuevos extremos. Y el único límite real es su imaginación”, le dijo al diario Alejandro Hope, un analista de seguridad del Instituto Mexicano para la Competitividad.

Ahora, ¿por qué tal brutalidad? ¿Por qué cortar cabezas, manos y pies? Anteriormente, estas organizaciones lo arreglaban todo con una bala en la cabeza. Ya no es así. Ahora hay una psicopatología en el trabajo, de acuerdo con Barrón.

Así, el presidente Calderón aparece entrampado. Está enfocando su guerra a lo electoral, como el arraigo de cuatro altos mandos militares, en retiro, a quienes acusa de estar involucrados con bandas de narcotraficantes. Uno de los generales, Tomás Ángeles Dauahare, goza de muy buena fama en los círculos académicos y políticos, pues es un experto en seguridad, cuyo delito es ser crítico del general secretario de la Defensa Nacional, y del secretario de Seguridad Pública de Calderón, Genaro García Luna.

La Unidad Especializada de Investigación en Delitos contra la Salud, de la Procuraduría General de la República (PGR), investiga a 34 altos mandos de la Secretaría de la Defensa Nacional (entre los que están los cuatro generales ya detenidos), a los que se relaciona con la delincuencia organizada.

Y las propuestas de los tres candidatos “serios” a la presidencia de la república ─Enrique Peña Nieto (PRI), Andrés Manuel López Obrador (izquierda) y Josefina Vázquez Mota (PAN)─ no difieren en mucho de la fallida política del actual presidente.

analisisafondo@cablevision.net.mx

 

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