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1080 14 Junio 2012

 

Peores formas de trabajo infantil
Irma Alma Ochoa Treviño

Monterrey.- La persistente crisis económica que oprime a la mayoría de la población, ha provocado que cada vez más niñas y niños abandonen su escolarización y se enrolen en el mercado del trabajo. Privándoles de sus derechos a la educación, la salud, el tiempo de recreación, las libertades elementales y exponiéndoles a graves riesgos.

Aunque la Constitución Mexicana prohíbe el trabajo de las personas menores de 14 años de edad, amén de establecer que la jornada de trabajo que realicen las personas de 14 en adelante hasta los 18 años no cumplidos, no podrá ser mayor de 6 horas. El 41.6% de niñas y niños mexicanos de entre 12 y 17 años de edad forma parte de la población económica activa ocupada sin remuneración. En Nuevo León, 16 mil 672 niñas y niños en estas edades, trabajan sin paga. Esto es el 24.8%.

Al separar por género el porcentaje de mujeres 34.3%, (8 mil 445), que no perciben salario supera al de los hombres 19.3%, (8 mil 227). Pero cuando el trabajo es remunerado los porcentajes cambian, así tenemos que en el estado 10 mil 450 niñas (42.4%) y 20 mil 086 niños (47.1%) en este rango de edad perciben hasta dos salarios mínimos por su actividad. (Fuente: La Infancia Cuenta en México, 2011)

En muchos de los casos las jornadas laborales de las niñas y niños, que por diversos motivos y circunstancias trabajan, son superiores a las 48 horas. Es comprensible, entonces, que en efecto dominó, le dediquen poco tiempo al estudio, que repercuta en sus calificaciones y que abandonen su escolarización. Con lo que se reducen las, ya de por sí, escasas oportunidades para salir de la pobreza.

La deserción escolar y la poca o nula remuneración son problemas preocupantes, pero el monstruo que pisa fuerte son las peores formas de trabajo infantil. Para evidenciarlas, en el año 2002 se instauró el 12 de junio como el Día mundial contra el trabajo infantil.

El Convenio 182 de la Organización Internacional del Trabajo, ratificado por el Estado Mexicano, define las peores formas de trabajo infantil como las que, por sus particularidades o por las condiciones en las que se efectúa, ponen en peligro el desarrollo físico, mental o moral del niño.

En esta categoría se encuentran las que someten a niñas y niños a situación de esclavitud o prácticas análogas como la trata; el reclutamiento forzado de niños para utilizarlos en conflictos armados; el de niñas y niños para forzarlos a ejercer la prostitución y la pornografía, o para cometer actividades ilícitas, en especial las concatenadas con la producción y el tráfico de estupefacientes.

Asimismo, se hallan los trabajos que dañan la salud y la seguridad de niñas y niños por las condiciones en que se llevan a cabo; los que están expuestos a abusos de orden físico, psicológico o sexual; los que se realizan bajo tierra o agua, en alturas peligrosas o en espacios cerrados; los que se hacen con maquinaria, equipos y herramientas peligrosas, o los que conllevan el transporte de cargas pesadas.

Son peores formas de trabajo infantil, los realizados en un medio insalubre, exposición a sustancias, agentes o procesos peligrosos, a temperaturas o niveles de ruido o de vibraciones perjudiciales para la salud, y los que implican condiciones especialmente difíciles, como horarios prolongados o nocturnos, o aquellos que retienen injustificadamente al niño o a la niña en los locales del empleador.

Son peores formas de trabajo infantil, los realizados en un medio insalubre, exposición a sustancias, agentes o procesos peligrosos, a temperaturas o niveles de ruido o de vibraciones perjudiciales para la salud, y los que implican condiciones especialmente difíciles, como horarios prolongados o nocturnos, o aquellos que retienen injustificadamente al niño o a la niña en los locales del empleador.

Es urgente y necesario que el Estado cree condiciones para que el cien por ciento de la población infantil tenga un desarrollo sano, en un medio ambiente adecuado, con acceso a la educación de calidad, con oportunidades para aprender, hacer deporte, jugar y, en especial sentir seguridad.

Ojalá que esta posibilidad esté cercana para las niñas y niños de México.

 

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