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1088 26 Junio 2012

 

ANÁLISIS A FONDO
¡Serena-te, mexicano!
Francisco Gómez Maza

México no termina ni empieza con una elección
Es más… la elección presidencial no resuelve nada

Ciudad de México.- Ríos de bilis han corrido desde que arrancaron las campañas electorales. Los simpatizantes de los candidatos presidenciales se toman muy en serio, y no es para tanto. Que yo recuerde, desde la campaña de Luis Echeverría en el 70, el ciclo electoral se repite. Las mismas promesas. Las mismas vergüenzas. Los mismos gritos, idénticos cacerolazos.

Y en este sentido, bien vale la pena retomar el análisis de Yuri (Servolov) en la Carpeta Púrpura, que tiene como anillo al dedo, en esta hora de tomarse en serio, cuando deberíamos estar divirtiéndonos con una feria que sólo se repetirá dentro de seis años.
México no termina ni empieza con una elección presidencial, nos advierte con razón ese reportero acucioso, detallista, metódico, que es el inmemorial Yuri Servolov Palos.

Y sigue. Léanlo en la Carpeta, no se lo pierdan, porque nadie como él ha retratado la tragicomicidad del México de Enrique Peña Nieto, de Andrés Manuel López Obrador, y más de Josefina Vázquez Mota, y remás de Gabriel Quadri.

Es más, la elección no resuelve nada, por lo cual no se justifica que algunos, en su apasionamiento consideren que, depende de quién sea el elegido, el futuro de México se pone negro.

Mucha gente ha dejado de reflexionar, de analizar, de confrontar propuestas, proyectos, ideas, y esto se ha vuelto algo pasional; mucha gente está incluso alterada y  por momentos los descalificativos, los insultos e incluso los ataques viscerales se imponen.

Es importante recuperar la mesura, la cordura, la sensatez, reflexiona el director de la Carpeta Púrpura. México no termina ni empieza con una elección presidencial.

Y es que el candidato que gane, seguramente, ganará siendo la minoría más grande, sin la fuerza política para cumplir las promesas que está ofreciendo. Y es un poco infantil (yo diría que un mucho infantil) pensar que el nuevo presidente podrá resolver los problemas que el actual no ha podido.

Qué va a poder hacer distinto el nuevo presidente que el viejo. No se trata de un asunto de personas y ni siquiera de partidos o ideologías… se trata de problemas más de fondo, estructurales, incluso podríamos ir más lejos y hablar de un colapso del modelo civilizatorio.
A ver. Dígame usted: cómo resolver la pobreza, la drogadicción, la contaminación, la ignorancia, la falta de ética, la parálisis política, la inseguridad, el narcotráfico, la desigualdad económica, el bajo crecimiento económico, la quiebra de las finanzas públicas…  Ni Peña Nieto, ni Andrés Manuel, ni menos Josefina tienen ni la conciencia de la gravedad de estos asuntos, ni menos las herramientas para hacerles frente. Están en la cola de un venado, como dicen los campiranos de mi terruño.

No hay recurso para todo; no puede resolverse todo al mismo tiempo; no alcanza un sexenio para revolver lo que lleva medio siglo acumulándose.

No podemos pensar que, por ganar Peña, AMLO, Josefina, o Quadri, los problemas ecológicos, sociales, políticos, judiciales y económicos del país van a resolverse. De hecho, alzando la vista hacia el futuro (tan incierto como la hora y el lugar  dónde moriremos), podemos esperar que se agreguen que se agreguen nuevos problemas como el agotamiento del petróleo de exportación, hacia el 2018, o graves asuntos de escasez o contaminación del agua, desastres naturales entre otros.

Políticamente, el país vive una parálisis, donde es prácticamente imposible hacer las reformas estructurales, por ejemplo, ya que el PRD considera que no son necesarias; el PRI aprueba algunas y rechaza otras, y el PAN insiste en que deben hacerse al precio de eliminar las conquistas sociales y laborales, lo cual podría llevar a nuevas confrontaciones o romper equilibrios históricos ya muy frágiles.
Así que, amigo, es mejor no tomarse tan en serio. ¿Estamos?

analisisafondo@cablevision.net.mx

 

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