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1140 6 Septiembre 2012

 

Estampida de búfalos
Hugo L. del Río

Monterrey.- Vaya estampida de búfalos la que provocó el Presidente Felipe Calderón con su iniciativa preferente de reforma laboral.

El terminajo ése de “iniciativa preferente” significa que “obliga, así lo dice la Constitución, a que en este primer periodo ordinario de sesiones tenemos que dictaminar y votar en un sentido o en el otro”, dice el flamante diputado federal por el PAN, Javier Lozano, ex secretario del Trabajo quien, en esa cartera, dejó siniestros recuerdos para los asalariados.

El anteproyecto de enmiendas a la Ley Federal del Trabajo no es algo tan sencillo como el canto del cisne de Felipe Calderón: es el cumplimiento de un compromiso con los ipecos y el gobierno que ya está formando Enrique Peña Nieto.

El empresariado se deshizo en elogios ante el esquema de nuevo ordenamiento legal.

“Es de enorme trascendencia”, dice la Coparmex. Iniciará una nueva etapa de crecimiento económico. Los diputados deben anteponer “la idea de un México competitivo a los prejuicios ideológicos y los intereses particulares o de grupos”, manifiesta la confederación.

Acción Nacional y el PRI coinciden. Dicen los blanquiazules que los cambios promoverán la creación de empleos formales, sobre todo para mujeres y jóvenes.

Claro: se les paga menos.

Manlio Fabio Beltrones adelanta que la propuesta presidencial “será consensuada”, en gran medida porque, según él, Calderón prácticamente calcó el esquema reformista que elaboró el tricolor, mismo que fue rechazado por la anterior Legislatura.

Malo el cuento cuando el sector empresarial y los priístas educados en la escuela del corporativismo –vil copia del fascismo de Mussolini— aplauden con entusiasmo la última carcajada de la cumbancha.

Cómo estarán las cosas que el cetemista Carlos Aceves del Olmo no quiso aceptar la Presidencia de la Comisión de Trabajo y Previsión Social de la Cámara de Diputados.

El padre de la patria se apresuró a aceptar como válida la subcontratación, pero de transparentar las cuentas de las cuotas sindicales, nada de nada.

Eso equivale a intervenir en la vida interna de los sindicatos, dijo.

Y, con la formalidad y el amor por el proletariado que caracterizan a la gente del cetemio, anunció solemnemente que no aceptará ningún cambio al Artículo 123 Constitucional.

Je je. Veremos.

Ricardo Pacheco, también del PRI, quedó en el sitio que le correspondía a Aceves.

Fue discreto, al igual que Jesús Murillo Karam, el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara Baja.

La proposición de FC –a 90 días de entregar el cargo--, será analizada “con imparcialidad y sin sesgos partidistas”, prometió JMK.

Y agregó que la tarea no será fácil: “El Congreso no es sombrero de mago ni tiene una varita mágica”, puntualizó.

Las izquierdas, por esta ocasión, estuvieron magníficas. Ricardo Monreal, coordinador del Movimiento Ciudadano de diputados del PRI, denunció que los cambios que se pretenden hacer a la LFT son una “traición a los trabajadores”.

El PRD elaboró un documento –gracias a Dios se pusieron de acuerdo en algo importante— en el que precisa que el diseño calderonista conculca no sólo los derechos laborales, sino incluso los derechos humanos de los trabajadores y constituye una violación a la Carta Magna y a los acuerdos y convenios firmados con la Organización Internacional del Trabajo.

Fox primero y Calderón ahora confirman que el PAN abandonó su militancia de una derecha dialogante, civilizada e incluyente.

El Presidente Calderón obviamente quiere irse dejando un buen recuerdo al sector de los grandes empresarios.

Planea la inclusión de la subcontratación –veneno mortal para la defensa de la planta de trabajo--, el pago por hora y “refuerza la intromisión gubernamental” al declarar inexistente el paro y fijar serios obstáculos a la huelga.

Además, elimina de facto el contrato colectivo y da a los patrones más elementos legales para despedir al empleado u obrero con una indemnización mínima o sin ella, sin tomar en cuenta los años de servicio.

Capitalismo salvaje, avalado por el PRI y el PAN y festejado por la gran burguesía.

Agresiones como ésta, contra la mayoría de los mexicanos, ameritan bloqueos, manifestaciones, cierre de avenidas e incluso algo que nunca se ha hecho en México: una huelga general.

Tenemos que defendernos porque nadie lo hará por nosotros. Y aquí, las izquierdas están en lo justo.

 

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