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1140 6 Septiembre 2012

 

ANÁLISIS A FONDO
Cárdenas y el PRD
Francisco Gómez Maza

Difícil pregunta: qué sigue para la izquierda
Llama el líder acabar con un partido de tribus

Ciudad de México.- La pregunta de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano: qué sigue para la izquierda en México.

El hijo de Tata Lázaro, el general del ejército que revolucionó la historia por ser el único presidente revolucionario de la revolución mexicana, se alejó hace años del Partido de la Revolución Democrática, fundado por él y un grupo de demócratas, pero ahora muestra su gran preocupación por el destino de ese hijo enfermo que engendró desde 1988.

Alguien dijo hace unos días que Cuauhtémoc “regresa” al PRD. No sé qué haya de cierto en tal afirmación. Lo cierto de toda certeza es que el michoacano sale ahora a plantear la interrogante, luego de que ni el PRD, ni las otras izquierdas, pudieron superar la prueba de la popularidad en las elecciones del domingo primero de julio pasado, cuyo resultado aún no satisface al ex candidato Andrés Manuel López Obrador.

Dejemos a un lado por el momento eso de que el triunfo del priísta Enrique Peña Nieto fue producto del dinero sucio, de la compra millonaria de votos, de… Eso nunca lo van a poder probar ni Andrés Manuel ni el PRD, no porque no sea cierto, sino porque el sistema no se los va a permitir. El Tribunal  electoral ya dijo su última palabra. Hay presidente electo, sea como fuere. Por supuesto que los priístas defienden la limpieza del triunfo de su candidato; por supuesto que los de la izquierda no aceptan al priísta como presidente legítimo, sino producto del fraude.

Pero hay una realidad que no se retornará como no pueden echarse para atrás las manecillas del reloj. Y es ahí donde cobra absoluta relevancia el pensamiento cardenista.

Qué sigue para la izquierda. La respuesta no es fácil, reconoce el mismo Cuauhtémoc. El otrora líder moral del PRD ve un horizonte de varias líneas de acción, en particular para el PRD. Esas líneas tienen que ver con su trabajo al interior de la organización y con la actividad que debe desplegar hacia el exterior, tanto en lo nacional como en lo internacional.

Como lo reconoce el michoacano, el PRD no supera su condición de partido de confrontaciones internas y de cuotas para la asignación de cargos y oportunidades, según los pesos relativos de las corrientes, que para colmo de males se oficializaron y se les dio vida estatutaria en su condición de sectas.

Como ejemplo más reciente están las designaciones de coordinadores de los grupos parlamentarios que tomaron posesión el primero de septiembre pasado, que no fueron elegidas por sus propuestas, o por otras razones que no fueran los equilibrios de los agrupamientos internos, que se componen y recomponen en el mejor de los casos, de los particulares intereses de los grupos. Ni país ni partido han contado en estos casos. El partido de tribus y cuotas, de sectarismos y oportunismos, de clientelas y no de militancias libres y conscientes, está destinado al achicamiento y a los fracasos.

En fin, el PRD y, si se quiere, el conjunto de organizaciones partidarias de la llamada izquierda, si en realidad pretenden convertirse en alternativas de poder en lo nacional, deben realizar un serio e intenso trabajo de afiliación y organización por todo el país. En el caso del PRD, a partir de la reconstitución y la formación de nuevos comités de base, que sean los que den vida a los comités municipales y estatales.

Cárdenas advierte que debe empezarse por ver qué queda de comités de base, dónde deben crearse nuevos y esta labor sólo será efectiva, si se dejan de lado actitudes sectarias y se busca abrir el partido a nuevos militantes, convencidos de sus principios y de que sus dirigentes actúan en función de ellos.

El PRD debe ser un partido con una línea política clara, que así se vea desde dentro y desde fuera, acorde y congruente su acción con su declaración de principios y con el llamamiento que originalmente se hizo para su constitución. Debe ser un partido de propuestas, en lo nacional, estatal, municipal, regional, internacional etc. Un partido con iniciativa y compromiso permanente. La acción, sobre todo, de quienes tienen responsabilidades de dirigencia partidaria, de gobierno y legislativas, debe ser de absoluta trasparencia. Deben, por cierto, revisarse los mecanismos estatutarios de rendición y exigencia de cuentas.

Todo un diagnóstico completo, duro, exigente, que nos llevaría varias cuartillas reseñar en este espacio. Dejémoslo así que ya dice mucho y dice todo. Vale la pena que los perredistas estudien y reflexionen el mensaje de su fundador.

analisisafondo@cablevision.net.mx

 

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