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1194 21 Noviembre 2012

 

Día Mundial para la Prevención del Abuso Sexual Infantil
Irma Alma Ochoa Treviño

Monterrey.- La violencia o abuso sexual contra las niñas y niños es una grave violación de sus derechos fundamentales, reconocidos en la Convención de los Derechos del Niño a partir de 1989. De acuerdo con el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) 150 millones de niñas y 73 millones de niños han sido víctimas de alguna forma de abuso sexual.

En cualquier lugar del mundo todo acto violento en contra de personas menores de edad es una dolorosa realidad. El número de niñas y niños víctimas de abuso sexual ha aumentado de tal manera, que hubo necesidad de contar con un día al año para recordar que este delito existe, que corroe el entramado social y que cada día afecta a más víctimas.

Con base en las estadísticas, por iniciativa de la Fundación Cumbre Mundial de la Mujer, se instituyó el Día Mundial para la Prevención del Abuso Sexual Infantil, a partir del 19 de noviembre de 1999. Busca, a través de diversas actividades y estrategias, crear conciencia sobre el problema, reconocer las prácticas perjudiciales y modificar los comportamientos sociales en bien de las niñas y los niños.

En las redes sociales circula una imagen de una niña con la cara frente a la pared, y la leyenda el monstruo no está bajo su cama, para darcuenta de que el abuso sexual contra menores de edad puede ocurrir en el hogar y ser perpetrado por alguien en quien confía.

Sor Juana y el padre Beto, de la serie Catolicadas, quepodemos encontrar en la red, abordan el caso del encubrimiento de sacerdotes pederastas, en el capítulo el niño del coro. En instituciones educativas y laborales también ocurren algunos de estos hechos, muchos de los cuales quedan impunes.

México cuenta con la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, cuyo objeto es garantizar el respeto de sus derechos fundamentales. El Artículo 21 de esta Ley enuncia el derecho de ser protegidos en su integridad, su libertad y contra el maltrato y el abuso sexual.

Mientras que las disposiciones relativas a sancionar la corrupción, la pornografía, el turismo sexual, el lenocinio y la trata de personas menores de 18 años de edad, se fijan en el Código Penal Federal, título octavo, tocante a los delitos contra el libre desarrollo de la personalidad.

No obstante los avances en términos jurídicos, se podrían considerar letra muerta por las escasas sentencias relacionadas con este delito. Los hechos demuestran las enormes diferencias entre las cifras de abuso sexual que aparecen en las estadísticas, las de denuncias, las de aprehensiones y, por supuesto, las casi inexistentes sentencias.

El abuso sexual afecta a niñas y niños de todos los estratos sociales. La mayoría de las víctimas de este ilícito son mujeres y niñas. Aunque en menor número, los hombres y los niños también sufren este tipo de violencia que suele ser cometido por adultos varones, quienes por su posición de dominio coaccionan a sus víctimas para que participen en el acto.

Motivo de preocupación es el nivel de riesgo que tienen las niñas y adolescentes migrantes, sobre todo las indocumentadas, de sufrir abuso sexual en el trayecto, especialmente en zonas fronterizas. Las evidencias revelan que entre los principales perpetradores de abuso sexual contra las migrantes, son los traficantes y los elementos de la policía fronteriza.

Aunque las cifras no están apegadas a la realidad debido a que no todos los abusos sexuales son denunciados, en un estudio realizado en América Latina y El Caribe se encontró que 60% de las migrantes, muchas de ellas niñas y adolescentes, que cruzaron la frontera entre Guatemala y México, habían sufrido algún tipo de abuso sexual.

Con el precedente de que la sociedad suele culpar a las mujeres y a las niñas por lo sucedido, el sub registro subsiste. Las víctimas no denuncian por vergüenza o por temor a ser rechazadas por su familia, esposo o comunidad. Por miedo a sufrir represalias por parte del agresor, a que les vuelva a hacer daño o a que se vengue de sus hijos o hijas. O por el arraigado sentimiento de culpa.

Otra de las razones por las que las víctimas no denuncian la violencia sexual es la desconfianza en las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley. Piensan que no obtendrán justicia y que los agresores quedarán sin castigo. Lo que se confirma con las diferencias existentes entre número de casos de abuso y las sentencias dictadas.

En la mayoría de los casos, las víctimas creen que la familia o las amistades no las ayudarán a superar el problema o no les creerán. Con mayor razón ocultan los hechos si el agresor es conocido, y en numerosos casos la familia desalienta a la víctima de revelar el abuso.

El Día Mundial para la Prevención del Abuso Sexual Infantil, es propicio para fomentar la cultura del respeto a las diferencias y la cultura de la denuncia, pero sobre todo para exigir al Estado que cumpla su obligación de proteger a las niñas y niños de cualquier tipo de violencia en su contra, en todo el territorio mexicano.

 

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