FRONTERA CRÓNICA
De Televisa, líbranos Señor
J. R. M. Ávila

Monterrey.- De Televisa, líbranos Señor.
Porque su programación a base de servilismo, consumismo y manipulación está diseñada (y ya es darle mucho crédito) para alimentar mentalidades retrógradas, no digamos del siglo XXI, sino del siglo XIX.

Porque, gracias a que solapa y legitima a un gobierno pirata, consigue prebendas y protección (y aquello que rezaba algo así como: “las películas piratas se ven mal, pero tú como padre te ves peor”, ¿dónde quedó?)

Porque cobra 12 mil dólares por un comercial de 30 segundos y le perdonan 3 millones 334 mil pesos de impuestos; mientras que una persona que gana un salario mínimo, cobra menos de 7 centavos (de peso) por 30 segundos de trabajo y el gobierno nada le perdona.

Porque es un monopolio mediático que opera en contubernio con el gobierno ilegítimo de México y toma la mayor parte de sus decisiones dejando de lado los intereses de la nación.

Porque lo que lo que el Sistema de Administración Tributaria le acaba de condonar por impuestos, es apenas la punta del iceberg de cuanto la empresa y el gobierno espurio de México hacen en lo oscurito.

Porque es una empresa que se encuentra bajo sospecha en cuanto a narcotráfico, tanto en México como a nivel internacional.

Porque se la pasa difamando sistemáticamente movimientos sociales legítimos (lo cual no es nuevo: remember Tlatelolco, 1968) y a periodistas (como Carmen Aristegui) que no se venden ni al peor ni al mejor postor.

Porque es la gran culpable de que se nos haya impuesto un presidente mediático que se ha ganado a pulso las peores críticas y vituperios en twitter, en la calle y en donde quiera que se ponga al alcance de la gente pensante.

Porque trafica (si no con drogas, porque no lo sé de cierto) con la ignorancia, la información, la difamación, las ilusiones y la necesidad de la gente.

Porque manipuló la información durante las elecciones de 1988 a favor de Carlos Salinas de Gortari, de 2006 a favor de Felipe Calderón y de 2012 a favor de Enrique Peña Nieto.

Porque día tras día pretende fomentar la desmemoria política entre la población de México a través de análisis tergiversados y tendenciosos a favor de quien detenta el poder, así sea de manera ilegítima.

Porque en sus noticieros se trata a sí misma como si estuviera más allá del bien y el mal.

Y, sobre todo, porque Enrique Peña Nieto es Dios y Televisa su profeta.