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1328 29 Mayo 2013

 

Hartos de vivir en el desmadre
Hugo L. del Río

La Ley del Transporte Público establece que los usuarios deben estar representados en el Consejo del Transporte y Vialidad, CTV, entidad que es o debe ser “…un órgano de participación ciudadana”. Es obvio que no lo es: no tenemos quien hable en nuestro favor ni participa nadie en el famoso CTV, salvo el gobierno y los concesionarios. El Artículo Ocho del Capítulo II del precepto dice, con todas las letras, que en el CTV deben figurar delegados del público usuario, de la UANL y el Tec, de las personas con capacidades diferentes, de los trabajadores sindicalizados, de instituciones de la IP y de muchos otros organismos.

La muchachada del Colectivo Únete Pueblo le preguntó a don Juan Pablo Covarrubias, del Jurídico de la AET (el nombre oficial es Agencia para la Racionalización y Modernización del Transporte Público. ¿Qué haríamos sin nuestra amada burocracia?) porqué no se cumple el mandato de la representación. Covarrubias les contestó que la única responsabilidad de la AET es impulsar la modernización de la flota vehicular. Eso y nada más eso. Ah, y les recomendó que vayan al Congreso para esto de los representadores.

Hágame el cabrón favor. El Colectivo está muy activo: van a plantear ante quien corresponda una serie de iniciativas: crear el boleto o planilla electrónico, como el del Metro, para sustituir tanto Feria como el pago en efectivo –es bestial esto de obligar al auriga a manejar el carro y aparte recibir la marmaja y dar cambio y boleto–; invitarán al IMSS y a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social a que hagan una inspección a todas las líneas para confirmar lo que todos sabemos: es raro el trabajador que está afiliado al Instituto, y rarísimo el que goza de las prestaciones obligatorias: hay que multar al pulpo camionero para que pague algunos de sus abusos, lo mismo contra el pasaje que contra sus empleados; algo se debe hacer para que mecánicos ajenos al gobierno y los camioneros revisen de manera rigurosa las unidades y decidan cuáles deben ser retiradas. También es necesario que los tránsitos y la AET obliguen al chofer a circular por el carril derecho, así como instalar parabuses que sean paradas obligatorias para los armatostes estos.

En Estados Unidos y Europa no sólo existe este sistema, sino que además los Ayuntamientos les imponen horarios a los buses. No pedimos tanto, pero sí que se trabaje en este sentido, porque uno de los secretos mejor guardados en Nuevo León es el de los puntos donde el pasajero puede abordar o bajar. Y en esa confusión el conductor hace lo que le de la gana. Ya estamos hartos de vivir en el desmadre.

 

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