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1364 18 Julio 2013

 

Luces en Guadalupe
Hugo L. del Río

Monterrey.- Si intentamos elaborar el perfil del mexicano, saldrán muchas sombras y enormes luces. El mexica es sucio: le gusta vivir en la mugre; indolente, informal, incumplido e impuntual; refractario al esfuerzo mental, rechaza la lectura y el aprendizaje.

Pero esa legión de proles es sementera de héroes anónimos, humildes, desinteresados, solidarios. Ayer, más de setenta socorristas le salvaron la vida a un matrimonio atrapado por una inesperada y turbulenta crecida del Río La Silla, cerca del Parque Tolteca.

Se concentraron hombres y materiales de Protección Civil de Ciudad Guadalupe, San Pedro, Monterrey, el estado, así como los bomberos guadalupenses. Florinda Arriaga y Juan Pablo Rodríguez Guerra están vivos, luego de cien minutos de angustia, porque docenas de seres humanos se devanaron los sesos y se jugaron el pellejo para librarlos de la muerte.
No puedo citar a los setenta o más elementos que mostraron inteligencia y coraje, y mencionar a dos o tres sería injusto para los demás.

Una gran porción de nuestra sociedad es ”cruda e ignorante desde el punto de vista político y cultural pero llena de vitalidad”, nos recuerda Octavio Paz. Estos nuevoleoneses –así hayan nacido en otras entidades– no se dan ínfulas de espartanos de Las Termópilas. Son modestos, casi todos, voluntarios que en su diario desafío a la guadaña de la muerte ni siquiera cobran salario. Y quienes lo hacen devengan un ingreso mínimo. Pero lo suyo es el rescate de quienes están en peligro y su recompensa, el aplauso del pueblo. Para eso nacieron.

Estamos orgullosos, muy orgullosos, de ellos. De quien no lo estamos es del alcalde guadalupense César Garza: ahí estuvo, vio todo y me pregunto si habrá tomado nota que, de haber construido un puente, se habría evitado el episodio y tanta zozobra. Pero César es, finalmente, igual que todos los alcaldes de la Zona Metropolitana: vive a muchos años luz de sus gobernados.

Pie de página

De Tamaulipas a Chihuahua, los fronterizos temen la reacción de los zetas, a partir del arresto del Z 40, Miguel Ángel Treviño Morales. En un cable fechado en Nuevo Laredo, Christopher Sherman, de The Associated Press, informa que los neolaredenses “esperan intranquilos una respuesta violenta”. Los diarios locales no escribieron una sola línea, y la población ni siquiera hace comentarios en público. Ah, pero vivimos en un Estado de Derecho, y papá gobierno garantiza nuestra seguridad.

 

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