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1367 23 Julio 2013

 

Cuestionar a los gobernantes
Jesús González

Monterrey.- La semana pasada, un grupo de ciudadanas y ciudadanos fueron al Congreso de Nuevo León para entregar un cuestionario a los coordinadores parlamentarios de cada partido y a los miembros de la Comisión de Legislación. El objetivo de este cuestionario es que los diputados den una postura pública sobre la Ley de Participación Ciudadana.

El mismo cuestionario se entregó en la oficina del gobernador del estado el día 3 de julio pasado.

Probablemente pocos recuerden una iniciativa de ciudadanas y ciudadanos que surgió antes de las elecciones de 2012 en Nuevo León. Con dinero de su propio bolsillo y con el apoyo logístico de la ONG Alianza Cívica NL y la Universidad Regiomontana, echaron a andar una campaña llamada ¿Quién es quién rumbo al Congreso de Nuevo León?

Básicamente, se trataba de que voluntarios y activistas visitaban a los 156 candidatos y candidatas al Congreso local para hacerles una entrevista que incluía sus datos generales (patrimonio, educación y formación, lugar de residencia, etc.) así como las propuestas que echarían a andar de llegar a la diputación.

La gran mayoría de los candidatos desdeñó el esfuerzo ciudadano. Sólo contestó el cuestionario menos de la tercera parte de ellos, es decir 50 de 156 (PRI 1 de 26, PAN 5 de 26, PRD 8 de 26, PT 11 de 26, Mov. Ciudadano 12 de 26, Nueva Alianza 13 de 26).

Ello demuestra de que los candidatos no consideran importante que los ciudadanos estén informados para emitir un voto razonado, otorgándole mayor valor a la vieja forma de hacer campaña: vasos, playeras y despensas.

Recuerdo algo en lo que coincidían algunos de los líderes de las grandes resistencias civiles “pacificas” del siglo pasado, Gandhi en la India, Mandela y Biko en Sudáfrica, Cesar Chávez en Estados Unidos e inclusive el Subcomandante Marcos en Chiapas: el sistema y las oligarquías político/económicas que lo sostienen y administran, han hecho creer a los habitantes de estos países que no están capacitados para opinar, hablar, administrar y mucho menos para cuestionar. Así, se logró destruir la autoestima cívica de la población por décadas y décadas. Hasta que un día, muchos dijeron: ¡ya basta!

Con esos movimientos cívicos, se puede recuperar la dignidad de la población, elevar la autoestima y tomar las riendas del propio destino, algo que es muy necesario en el Nuevo León de la posguerra: que los regiomontanos crean que SI PUEDEN intervenir en política y controlar a esas oligarquías para detener la impunidad que genera corrupción, violencia y pobreza económica y cultural.

Con el paso que dieron, las y los ciudadanos que luchan por que se apruebe una Ley de Participación Ciudadana con un enfoque de derechos humanos en Nuevo León, se colocan frente a los poderes ejecutivo y legislativo como iguales, cuestionándoles si van a cumplir con sus compromisos o no.

El gobernador y los diputados, así como los partidos políticos, tendrán ahora que responder o ignorar el cuestionario que se les ha entregado. Con ello quedara evidenciada su posición de manera pública con todas las consecuencias, positivas o negativas, que ello implique.

Sin duda necesitamos más esfuerzos de este tipo, que cuestionen al gobernante o legislador sobre sus labores, sean del nivel que sean. Con estos esfuerzos, si son contínuos, se lograría disminuir la impunidad con la que ejercen los cargos públicos. El esfuerzo quedara incompleto si no lo hace suyo la población de cada municipio, si los habitantes no son informados de esta actividad, y si esos mismos habitantes no van y cuestionan al diputado que les corresponde, ese es el complemento ideal de este gran esfuerzo ciudadano.

Hay quien dice que cuestionar a los políticos no tiene caso, que al final ellos harán lo que convenga a sus intereses, ese es el tipo de pensamiento que les conviene a ellos para seguir en impunidad.

Pero los grandes movimientos transformadores empezaron por cambiar la conciencia de la población, sólo así se logró la independencia de la India con el movimiento social de Gandhi, sólo así se logró eliminar el racista Apartheid en Sudáfrica con el movimiento social de Mandela y Biko, sólo así se logró que se reconocieran algunos derechos laborales para jornaleros agrícolas en Estados Unidos con el movimiento de Cesar Chávez, así se ha logrado que mejoren las condiciones de vida de los indígenas en Chiapas. Cada vez más mujeres y hombres en Nuevo León están creando esas condiciones.

¿Los vamos a dejar solos?

PD: A veces parece, en Nuevo León, que el peor enemigo de las organizaciones sociales y de activistas son otras organizaciones sociales y activistas.

@proyectoepuente

 

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