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1367 23 Julio 2013

 

EN LAS NUBES
La mano negra
Carlos Ravelo Galindo

Ciudad de México.- El joven jefe del ejecutivo quiere, desea, se empeña en terminar con la mano negra. Instruye a sus colaboradores, de arriba y abajo, a seguir conducta intachable. Por si no, ordenó, al secretario de la Función Pública, una acción que les coloca un guante blanco que no pueda, ni deba ensuciarse.

Consolida compras en medicinas, en material de curación para el sector salud (Imss, Issste, etcétera) para evitar corrupción, que siempre nos acompaña. Miles y miles de millones de pesos en una sola mano, para vigilarla mejor. Nada dice que no esté bajo los principios, de eficacia, economía, transparencia y honradez. Nuevo sistema de vigilancia en los procesos de compra. Nada de contacto físico entre funcionarios y proveedores.

Los maledicentes aseguran que hasta diciembre del dosmil, había un obsequio para quien firmara, del diez por ciento. Luego de cambio de estafeta presidencial subió, dicen, al veinte, y a veces, más. Quieren terminar en Los Pinos con tal aberración, traducida en disminución importante no nada más en medicinas, equipo de curación, sino en otros requerimientos hospitalarios, hoy ausentes.

Se habla de 365 mil millones de pesos que se aplicarán a tal despensa en salud, y que un solo hombre o funcionario, los maneje. Buenas intenciones del primer mandatario, pero sus subordinados, lo tomarán en cuenta, al menos que lo haga quien firmará en adelante las requisiciones, sin el diez por ciento.

Se habla, insistimos, en millones y millones, pero lo cierto es que no aparecen. Por el contrario, no los invierte la secretaría de Hacienda. Pronostican un aumento del cuatro por ciento al producto interno bruto, pero advierten que si acaso llegaremos al 2.7. La inversión y gasto duerme el sueño de los justos en las arcas oficiales. Lo atribuyen a incapacidad administrativa, a tal grado que estados y municipios reciben menos cada vez.

Y aún cuando se habla de las grandes millonadas a invertir, hasta la fecha, sólo palabras con buena intención. En contraste el jefe fiscal, que acompaña a su jefe a todos lados, no se percató que en los primeros seis meses del ejercicio fiscal hubo un subejercicio (no se usaron) de cien mil millones de pesos.

Bien se dice que con el famoso pacto, se dan dos pasos adelante y uno para tras. La intransigencia y prepotencia del nuevo quipo, sólo demuestra al pueblo que quiere, no puede, hacer todo para darle alimento, empleo, tranquilidad, casa, vestido y sustento, pero en paz.

En tanto no se comience a gastar “nuestro” dinero en obras para producir trabajo, crear empleos, distribuir riqueza seguiremos como estamos. O a la mejor, peor.

carlosravelogalindo@yahoo.com.mx

 

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