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1390 23 Agosto 2013

 

¿Se vende Pemex ?
Miguel Treviño Rábago

Reynosa.- Los compromisos de campaña adquiridos por Enrique Peña Nieto seguramente lo tienen estresado a un nivel peligroso. La reciente operación de la tiroides a la que fue sometido hace poco, podría terminar por afectar su desempeño como presidente de México, y su eventual retiro podría sumir al país en una crisis constitucional de catastróficas consecuencias.

La vorágine en la que se han involucrado los poderes ejecutivo y legislativo es de miedo. Inexplicablemente, le han sumido el acelerador a varias “reformas” al mismo tiempo, desesperados por alcanzar objetivos políticos y económicos inconfesables. ¿Cuál es la prisa por voltear el país al revés y promover un clima de agitación y violencia? ¿Quiénes son en realidad los promotores de toda ésta escandalera armada por un grupo de políticos voraces y desesperados por conseguir ganancias económicas de miles de millones de dólares, a costa inclusive de vender como franquicias las riquezas petroleras y gaseras de la nación?

Los inversionistas más ricos de todo el mundo quieren una tajada de Pemex que es la industria más próspera de México. Hay estudios que la ubican como la empresa número 14 con ingresos de más de 100 mil millones de dólares anuales y un margen bruto de ganancias de 49 mil millones de dólares. La información que tenemos a la mano, indica que Exxon (la petrolera más grande del mundo) sólo alcanza los 16 mil millones de dólares.

¿Por qué entonces ese empeño del Gobierno de Peña Nieto de vender en cachitos a Pemex?

La respuesta es simple: hay compromisos políticos y económicos que se hicieron en la campaña del PRI con grandes inversionistas nacionales e internacionales, para que después de “cooperar” para el triunfo y regreso del PRI al palacio nacional, se les permitiera meterle mano a las multimillonarios ganancias que deja el petróleo mexicano. Es decir, quieren echar abajo la nacionalización de la industria petrolera decretada por el General Lázaro Cárdenas en 1938, y dar un brinco de 75 años atrás en la historia de México, permitiendo el regreso de los extranjeros a la explotación del petróleo que es de los mexicanos, y que sólo a ellos debiera beneficiar en todos los órdenes con sus ganancias multimillonarias.

Mientras todos los presidentes de América del Sur se han fajado ante los Estados Unidos y sus socios para no permitir más el saqueo de sus recursos naturales no renovables, aquí en México el presidente Peña Nieto y su gobierno hacen todo lo contrario. Están aferrados a permitir el regreso de empresas extranjeras para saquear el petróleo y llevarse las ganancias a otros países para beneficio exclusivo de grupos de empresarios mutimillonarios, cuya voracidad inexplicablemente recibe el apoyo descarado de diputados y senadores del PRI, PAN, PRD y otros partiditos satélites.

¿No es esa una vil traición a la Patria?

Peña Nieto debiera reconsiderar su conducta provocadora. Una y otra vez se ha dicho que cuidado con despertar al México bronco y bárbaro que todos llevamos dentro. Ya se perpetró una “reforma” laboral agresiva y humillante contra los trabajadores de México. Hicieron talco muchas de las conquistas de los obreros mexicanos. Luego se han lanzado contra el magisterio nacional con una “reforma” educativa en la que no se habla de cómo mejorar la educación, sino la forma de lanzar a la calle a miles de profesores si no aprueban exámenes tramposos que no llevan otra finalidad que cancelarles derechos de todo tipo y someterlos a salarios miserables bajo contrato y sin prestaciones. 

No contentos con ello, y como poseídos por un diablo pelón, asesino y de grandes orejas, los priístas de Peña Nieto se lanzan a desmantelar Pemex para venderla a pedazos a los inversionistas nacionales y extranjeros. Y aquí es donde se derrama el vaso. Eso ya no es posible tolerarlo ni permitirlo. La industria más productiva y generadora de divisas no puede ser puesta a la venta para beneficio de la extranjería voraz, que ha recibido promesas y asesorías de “ilustres” apellidos como los Salinas, los Reyes Heroles, los Ramírez Corzo, los Pedro Aspe, los Videgaray, los Vázquez Sentíes, los Córdova. Poco a poco las máscaras van cayendo.

¿Qué les prometió Peña Nieto ? No lo sabemos, pero podemos jugar a adivinarlo.

Otros que ya salieron públicamente a exigir “concesiones” para participar en el reparto del pastel petrolero, son los “ilustres” señores multimillonarios de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) que ya hasta puntualizan su deseo de ser “concesionarios” en la exploración y explotación de hidrocarburos con un alto margen de ganancias, y hasta exigen “certeza jurídica” con modificaciones constitucionales (a los artículos 27 y 28) que les permitan realizar “contratos de utilidad compartida” que les van a engordar todavía más sus cuentas bancarias multimillonarias.

La pregunta es si nosotros nos vamos a quedar cruzados de brazos observando el saqueo de nuestro petróleo que vale miles de millones de dólares.

Las tres reformas promovidas hasta ahora por el gobierno priísta de Peña Nieto, lesionan gravemente al pueblo de México. Trabajadores (as) y maestros (as) están aguantando el embate de un priísmo que al parecer ya se olvidó del nacionalismo revolucionario y que hoy no tiene empacho en manosear a su conveniencia hasta las palabras del General Cárdenas. La perversidad de los ex-presidentes encabezados por Carlos Salinas no tiene límites y llega a un grado de maldad nunca antes visto. Hacerle un daño de ese calibre a México es imperdonable.

Peña Nieto se ha metido en un callejón sin salida en el que no hay ninguna posibilidad de que salga vivo políticamente. Simplemente no puede regalarles la riqueza petrolera de México a los multimillonarios de México y del extranjero.

¿No será que Peña Nieto está muy enfermo y en un corto plaza tendremos nuevas elecciones presidenciales ?

Conste, es pura intuición y lectura política.

 

trabago49@hotmail.com
Twitter: @migueltrabago

 

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