EN LAS NUBES
La piedra
Carlos Ravelo Galindo

Ciudad de México.- El Muro de las Lamentaciones, casi lo mismo que las peticiones al gobierno, cada año en nuestro país. Hoy no es la excepción.

Leamos el siguiente texto, cuya similitud con los “padres” de la patria es pura coincidencia: Una reportera escuchó hablar de un anciano judío que oraba en el Muro de los Lamentos durante muchos años, todos los días, sin faltar uno, así que fue allí a comprobarlo.

Identificó al hombre fácilmente mientras se acercaba a esa Pared. Lo observó. Después de 45 minutos y cuando el viejito se estaba dando vuelta para irse, ella se acercó para hacerle una entrevista.

–Discúlpeme, soy periodista, señor. ¿Cuál es su nombre?
Morris Fishbein, respondió el hombre.
–¿Cuánto tiempo ha venido usted, señor, al Muro de los Lamentos? Alrededor de 80 años.
–¡Tanto tiempo! ¡Es asombroso! ¿Y por quién o por qué reza?
Rezo por la paz entre cristianos, judíos y musulmanes. Rezo porque terminen todas las guerras y los odios entre la gente. Rezo por que los niños crezcan como adultos responsables, con amor a sus semejantes. Rezo por la civilidad entre la gente. Rezo por la comprensión de los gobiernos con sus pueblos. Rezo por que acabe el hambre, los asesinatos, la injusticia...
–¿Y cómo se siente usted después de estos 80 años?
Como si le hubiera estado hablando a una pared.

Igual nos pasa a nosotros desde el mismo o más tiempo. ¿No es verdad?

carlosravelogalindo@yahoo.com.mx