Sostener la falsa imagen
Claudio Tapia
Monterrey.- El ITESM es como se ve. Al igual que en lo individual, en lo colectivo construimos una identidad y una forma para ser vistos por los demás, lo que está muy bien siempre que no partamos de mentiras. Sostener la falsa imagen de uno mismo es una incongruencia y un fracaso de la inteligencia.
Pongo un ejemplo: el ITESM, cuya enseñanza fue planeada para formar profesionistas útiles para la actividad empresarial –es decir, profesionales emprendedores, productivos y competitivos– es una escuela de instrucción superior diseñada para que sus egresados formen parte de una comunidad concebida como un conjunto de individuos autorealizados, en la que cada uno busca ser lo que desea (lo logre o no) en una sociedad individualista, consumista y hedonista.
Y eso es justamente lo que exhibe, con toda claridad, la publicidad conmemorativa de sus 70 años de existencia. El video relativo muestra lo que el TEC es y a lo que aspiran sus integrantes: “celebro (lo dicen estudiantes que cantan y bailan) la oportunidad de convertirme en lo que quiero; celebramos la oportunidad de innovar y superarnos y cada día, contribuir haciendo lo que amamos y así ayudar al mundo en el que estamos”.
La imagen de sí mismos y de lo que la institución les brinda, concuerda plenamente con las aspiraciones que, para el tipo de comunidad buscada, están muy, pero muy, bien.
¡Felicidades!
Falso sería intentar reflejar la imagen de un instituto tecnológico dedicado a formar ciudadanos interesados en ser útiles a su sociedad.
Falso, decir que en sus aulas se analizan y discuten libremente los problemas sociales y políticos que aquejan al mundo, al país, y a la sociedad en la que sus educandos viven.
Falso, hacer creer que están formando ciudadanos politizados, comprometidos con los sentimientos de solidaridad y justicia social.
Falso, si aparentasen que buscan la mejora de la vida personal y social de una manera distinta a la del progreso individual de triunfadores formados para competir, ganar y consumir.
Falso, si dijeran que enseñan a mirar un mundo en el que no es posible vivir sin convivir.
Falso, si se empeñaran en contribuir a crear una sociedad de ciudadanos.
Si contaran estas mentiras, estarían falseando toda la vida de sus educandos. Sí, toda, porque cualquier engaño se adueña de la vida entera. Los egresados del TEC se sentirían obligados a perpetuar esa mentira y eso los haría infelices.
Pero nada de eso ocurre con su propaganda. El congruente discurso de celebración del aniversario 70 del Instituto no miente ni engaña a nadie. Refleja lo que el ITESM y la mayoría de sus alumnos anhelan, aunque hay notables excepciones, conozco a varias de ellas.
Educadores al fin, saben bien que la imagen no se modifica camuflándose o cambiando el espejo.
Son como quieren ser vistos y están orgullosos de ser así.
