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1402 10 Septiembre 2013

 

Buenas nuevas
David Carrizales

Ciudad de México.- Querido Diario, el que habilité para escribir mis notas, reflexiones y relatar mis andanzas a raíz de mi despido de La Jornada, pero también el de 15Diario, que me ha dado el espacio para compartir estas palabras:

Hoy quiero las gracias a los queridos amigos y colegas periodistas, ciudadanos de a pie o de bicicleta, y también los que tienen su carrito que con bastante esfuerzo lo han comprado.

Quiero que sepan que viviré agradecido eternamente por tantas muestras de solidaridad y apoyo que me brindaron estos días.

Sin sus mensajes exigiendo justicia, tal vez no hubiera sido posible alcanzar un arreglo con La Jornada, para el pago de una indemnización a raíz del despido que sufrí el pasado 30 de junio.

Por la forma en la que se dieron las cosas, se hizo muy complicado que yo pudiera continuar como corresponsal del periódico en Nuevo León. El convenio para mi indemnización se firmará el próximo martes diez de septiembre.

No exagero si les digo que esta experiencia ha resultado en más de un sentido maravillosa, porque me ha permitido conocer o confirmar la calidad de gente que son todos ustedes. Es admirable que muchos colegas tal vez hasta pusieron en riesgo su propio trabajo por defender públicamente mi causa.

Quizá mi modo de ser no es grato para algunos que públicamente me apoyaron, pero sin duda depusieron el aspecto personal y entendieron que este era también un asunto del gremio y no solo mío.

Lo que yo hice, lo digo sin falsa modestia, era simplemente mi deber, estaba defendiendo lo que en justicia me corresponde, y nada tenía que perder. Así que permitan que les diga de todo corazón que los dignos de ejemplo son ustedes.

Les quiero comentar un detalle que para mi hizo que valiera la pena esta experiencia, desde luego a lado de su amplia solidaridad.

Apenas yo saqué una cartulina para denunciar mi caso, apareció Mitzi, una jovencita de 20, 21 años, que empezó a tomar fotografías. Ella es una estudiante de periodismo de la UNAM que vio la protesta y se bajó de un camión urbano para “cazar” la noticia. 

Ahí permaneció todo el tiempo que duró la protesta,  tomó notas, y al final me pidió el número de mi celular, para verificar si finalmente el martes se firma el convenio con La Jornada.

Me emociono su acuciosidad y pasión por el oficio, y le pregunté si no se sentía decepcionada al conocer mi caso. Me dijo que no, que ya sabe que no se hará rica, y que aquellos que así lo piensen, mejor que se dediquen a otra cosa.

Yo le dije que nunca me he arrepentido de seguir esta carrera y que las satisfacciones personales superan con mucho el peso de los inconvenientes.

Más tarde me entrevisto un periodista de Matamoros para una estación de radio, me preguntó cuál trabajo me dejó más satisfacción en estos años. No le hablé de las veces que mi nota fue la de portada o de alguna entrevista con personajes destacados o la crónica de algún hecho relevante, sino de un caso que vivieron 308 familias de la Colonia Agropecuaria Emiliano Zapata, de El Carmen, Nuevo León.

Durante el gobierno de José Natividad González Parás, los colonos fueron despojados de 263 hectáreas, y sus casas fueron destruidas con explosivos y maquinaria pesada, al tiempo que algunos de sus animales fueron sepultados vivos entre los escombros, pero gracias a la lucha que dieron organizadamente, lograron que les fueran restituidas sus propiedades, enfrentándose a toda la fuerza de los poderes Ejecutivo y Judicial, amafiados con un empresario pedrero para quitares su patrimonio.

Claro que yo como corresponsal me limité a realizar mi trabajo, igual que lo hicieron Adrianita Esthela Flores, Raymundo Pérez Arellano (Milenio) y Raúl Rubio (El Regio) entre otros colegas periodistas, pero me emociono hasta lo más hondo del alma, cuando en la Nochebuena de 2007, recibí un mensaje de María Teresa Martínez González, una de las participantes de ese movimiento, quien me escribió: “gracias a usted, hoy pasaré esta Navidad en mi casa”. 

¿Seré capaz de arrepentirme de haber escogido el oficio más hermoso del mundo?

Con mi eterno agradecimiento, reciban un fuerte abrazo de su servidor y amigo, David Carrizales.

 

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