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1411 23 Septiembre 2013

 

La indiferencia de los que gobiernan
Hugo L. del Río

Monterrey.- ¡Qué vergüenza! Ni la Federación ni el gobierno de Tamaulipas llevaron auxilios a la comuna de Aldama. La excusa: imposible llegar ni por tierra ni por aire. Pero sí hicieron presencia los narcos del Cártel del Golfo: en siete camionetas arribaron a la cabecera municipal y repartieron toneladas de alimentos, agua, ropa y medicinas.

Los capos ya cobraban impuestos, imponían silencio a los medios tamaulipecos, controlaban tramos de carreteras y hacían obedecer su ley a Pemex y la CFE, para no mencionar a Cemex y prácticamente a casi todas las empresas, grandes o pequeñas. Ni los taqueros la libran. Ahora, además, “liberan” al Estado mexicano de la responsabilidad de socorrer a los damnificados por los ciclones.

En una ancha franja que va de Guerrero y Oaxaca a Tamaulipas y Sinaloa, los puentes se cayeron; las carreteras se convirtieron en cráteres lunares, los aeropuertos se anegaron y las villas y ciudades se convirtieron en trágicas réplicas de Venecia.

Manlio Fabio Beltrones nos pide que no politicemos la tragedia. El verdadero mensaje del sonorense es: No le meneen. Claro que estamos cabreados y exigiremos responsabilidades. Han muerto, al momento de redactar estas líneas, unos 108 mexicanos y se perdió la esperanza de encontrar vivos a otros 68 sepultados por un cerro que se desgajó en La Pintada, municipio de Atoyac de Álvarez.

En Guerrero, naturalmente, donde la noche del trece, cuando “Manuel” provocaba inundaciones en todo el estado y obligaba a los habitantes de las zonas populares de Chilpancingo a huir de las aguas crecidas y bravas, el señor gobernador Ángel Aguirre estaba de fiesta con cosa de 300 invitados en la Casa de Gobierno.

No es el único funcionario a quien le valieron madre la muerte, la angustia y la miseria de cientos de miles de mexicanos. Desde el día once se sabía de las perturbaciones ciclónicas, pero fue hasta el quince por la tarde cuando se reunió la Dirección de Protección Civil. Peor todavía: José María Tapia Franco (presume de ser compadre del presidente Peña Nieto) director del Fondem, se la pasaba gigante en Las Vegas. Al parecer, lo acompañaba Canek Vázquez, subprocurador de Auditoría Ambiental, quien en cada ronda apostaba veinte mil dólares: ganará mucho billete. Y para variar, Benito Neme Sastré, titular del Capufe, dejó los tiliches para viajar a EU: su interés: ver los juegos de la Asociación Nacional de Basquetbol.

Estos son algunos de los hombres que nos gobiernan. Con toda la razón del mundo, El País de Madrid escribe:”El temporal ha dejado la duda de si buena parte de la tragedia no sería atribuible a una mala previsión”. Las hienas enjoyadas que se alimentan de nuestra carne se están frotando las manos de júbilo: primero, construyeron todo lo que se cayó: ahora van a reconstruir.

El botín es enorme: sólo para habilitar las carreteras se necesitan 40 mil millones de pesos. Y todavía Manlio Fabio nos pide que no hagamos política. Que me perdonen los nacionalistas (yo no comulgo con ellos; soy patriota, no nacionalista) pero sería bueno que expertos internacionales de prestigio profesional y solvencia moral, revisaran la obra pública.

Es por demás: los hombres de la cúpula no merecen confianza. Si los dejamos solos, dentro de un año se repetirá el desastre, como vaticina el columnista Rafael Cardona.

 

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