ANÁLISIS A FONDO
El mundo al revés
Francisco Gómez Maza

Financiamiento bursátil por más de 670 mmdp
Y la economía se debate entre la vida y la muerte

Ciudad de México.- Hace ciento treinta años, después de visitar el país de las maravillas, recuerda el mago del idioma y del sarcasmo, Eduardo Galeano, Alicia se metió en un espejo para descubrir el mundo al revés.

Si Alicia renaciera en nuestros días, no necesitaría atravesar ningún espejo: le bastaría con asomarse a la ventana. Al fin del milenio (el uruguayo escribió el texto en su obra “La escuela del mundo al revés, antes de que se iniciara el 2001), el mundo al revés está a la vista: es el mundo tal cual es, con la izquierda a la derecha, el ombligo en la espalda y la cabeza en los pies.

Es lo que ocurre en este país de las maravillas llamado México. En un territorio agreste, calizo, de pobreza generalizada, de hambre milenaria, de cruzados y cruzadas contra el flagelo de la desnutrición (y ahora fiscalmente contra la obesidad), la macroeconomía goza de estabilidad, de solidez institucional y un amplio potencial de crecimiento, como lo reiteró el presidente Peña Nieto en la inauguración de la asamblea y reunión anual de la Federación Mundial de Bolsas (de valores).

Por supuesto que “México tiene gran potencial y un futuro promisorio a su alcance”. Muy atractivo para los inversionistas extranjeros, porque acá encuentran terreno propicio para ganar a lo bestia. Un sinfín de privilegios fiscales, apoyos institucionales y, sobre todo, mano de obra muy barata, como ocurre con los chinos. Todo para el ganador. 

La tirada económica cae en el clasicismo del modelo fondomonetarista. Primero crear riqueza en las manos de quienes detentan los grandes medios de producción. Y luego buscar una suficiente, mínima, redistribución de lo que le sobra al capital para que los trabajadores tengan casa, vestido y sustento, pero nada más, sin el lujo material y espiritual del reducido grupo del club de la felicidad terrena. Para qué quieren más los trabajadores. Se corromperían.

Los jugadores del mercado de riesgos han captado la jugada del gobierno y durante el primer año del sexenio, han operado con confianza y optimismo, como lo aseguró el presidente de la Bolsa Mexicana de Valores, Luis Téllez Kunzler. Dicha confianza y optimismo se han visto reflejados este año en el financiamiento “sin precedentes” canalizado a través del mercado bursátil.

Estamos hablando de cifras estratosféricas. Del 1 de diciembre de 2012 a la fecha se registraron siete ofertas públicas iniciales por más de 48 mil millones de pesos; se presentaron cinco ofertas públicas subsecuentes por unos 58 mil millones; seis ofertas de Fideicomisos de Inversión en Bienes Raíces (Fibras) por más de 52 mil millones, y cuatro ofertas de Certificados de Capital de Desarrollo (CCDes) por más de tres mil 700 millones de pesos.

En total, 22 ofertas en el mercado mexicano de capitales por un monto superior a 163 mil millones de pesos, Y junto con las emisiones de deuda de corto y largo plazo, las cifras totales de financiamiento en Bolsa al día de hoy ascienden a más de 670 mil millones de pesos.

¡Bomba! Si esos miles de millones de pesos están los mercados locales, en la industria y el comercio, cómo es posible que el crecimiento económico no se haya disparado ya por arriba del 5 por ciento sin tener que vivir con el alma en un hilo porque la actividad productiva está en recesión. ¡El mundo al revés!

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