Obreros al poder
Miguel Treviño Rábago
Reynosa.- Dirigentes y activistas de la clase trabajadora, de comunidades indígenas y campesinas, de colectivos estudiantiles, de mujeres, de grupos religiosos, de organizaciones civiles, de minorías sexuales y de organizaciones revolucionarias de la izquierda mexicana, entre otras, han tomado el acuerdo de conformar un movimiento nacional de naturaleza partidaria, de ciudadanos y ciudadanas que hoy se denomina Organización Política del Pueblo y los Trabajadores (OPT) y que sea un instrumento de los movimientos sociales, civiles y políticos para disputar el gobierno y el poder a la oligarquía mexicana capitalista y al imperialismo.
La OPT señala entre otras cosas que el Estado de Derecho ha sido suprimido y que ninguno de los poderes públicos se rige conforme a la ley. Señala que los garantías de los pueblos originarios y los derechos humanos son pisoteados y que desde el gobierno se fomenta la violencia, el caos, la inseguridad y el desorden público.
Hoy podemos constatar que los bienes de la nación son asaltados y repartidos entre los cómplices de los presidentes en turno sean del PAN o del PRI. Así hemos contemplado que todo aquello que pueda dejar una ganancia ha sido saqueado a través de la privatización ilegal como es el caso del Petróleo, electricidad, minas, redes de fibra óptica, obras públicas, agua, gas, bancos, comercio, tierras, centros ceremoniales, playas, fondos de pensión, prespuestos educativos, biodiversidad, etc; violentando los artículos 3o, 27o, 28o y 123o de la Constitución de la República.
La OPT señala como saqueadores a políticos de primer nivel y empresas como Iberdrola, Repsol, Halliburton, Scotiabank, Goldcorp Inc; Carlos Slim, Emilio Azcárraga, Salinas Pliego, Germán Larrea, Lorenzo Servitje, Asunción Aramburozabala, Carlos Salinas de Gortari, Diego Fernández de Ceballos, Elba Esther Gordillo, Felipe Calderón y a otros de su misma calaña.
El panorama (señalan los organizadores de la OPT) es desolador. El número de pobres creció en más de 10 millones de personas, los ingresos de los trabajadores han perdido su valor adquisitivo, hay millones de desempleados y 7 o más millones de jóvenes carecen de empleo y de oportunidad para acceder a las aulas. Agregándole la pobreza alimentaria, el despojo de los bienes nacionales, la violencia e inseguridad crecientes en todo el país, que nos han llevado a vivir en situaciones de pobreza, miedo, discriminación y explotación parecidas a las del Porfiriato.
En su desmedido afán de enriquecimiento voraz, los más ricos de éste país han pisoteado los más elementales derechos de los trabajadores mexicanos: reducir salarios y pagar por horas, incrementar la jornada de trabajo, eliminando los derechos de huelga, jubilación y sindicalización, el turbio manejo de los fondos de retiro llamados "afores", los contratos limitados y sujetos a revocación en cualquier momento, las agresiones a los maestros, mineros, electricistas, huleros, de aerolíneas, estudiantes universitarios y normalistas, etc.
Y aplaudiendo todas éstas atrocidades destacan los poderes formales, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, además de las jerarquías eclesiásticas y en forma preponderante los medios de comunicación masiva, principalmente las televisoras del dupolio que se dedican día y noche a transmitir mentira sobre mentira para engañar a millones de mexicanos. Sin olvidar que en todas éstas componendas han sido cómplices los partidos políticos como el PRI, PAN, PRD, Verde, Panal, etc. A éstos partidos sólo parece importarles el botín a repartirse en lo electoral y económico cada 3 y 6 años.
La OPT en sus documentos básicos, declara que intenta ser vista como una fuerza política radicalmente diferente a los partidos institucionales. Una organización de izquierda en contrapunto de la descompuesta clase política y la “izquierda” decadente y proclive a las componendas. Un movimiento político con vida y dirección propia, independiente de otros partidos y agencias del régimen oligárquico. Una organización capaz de superar la dependencia hacia los caudillos y las formaciones burguesas liberal-progresistas o socialdemócratas.
Este movimiento político nace desde las luchas reales de los trabajadores del campo y la ciudad, desde las resistencias cotidinas de ciudadanos y ciudadanas, de los movimientos sociales no corporativos. Se busca pues que el auténtico pueblo sea el protagonista, sus dirigentes obreros, comunitarios y civiles, los líderes naturales más respetados en sus comunidades. Y declaran enfáticos los de la OPT que en éste proyecto no tienen cabida los corruptos, arribistas y trepadores. Se propone evitar las desviaciones y el alejamiento de las bases, sus intereses y sus luchas.
La incorporacion a la OPT será a título personal. La militancia es libre e individual.
Éste es a grandes razgos el proyecto político de la Organización Política del Pueblo y los Trabajadores que hoy busca también un registro como partido político nacional. Esperemos que los trabajadores del campo y la ciudad respondan unificándose bajo sus banderas y sus siglas ante la gran embestida de los poderes fácticos que tienen secuestrado a México para beneficio de un reducido grupo de familias multimillonarias gracias al tráfico descarado de influencias en la cúpula del Poder que le ha dado la espalda a millones de mexicanos que necesitan actuar en defensa de los bienes de la Nación, principalmente del Petróleo.
La fuerza radica en el accionar político de millones de trabajadores. Olvidémonos de diputados y senadores traidores de todos los partidos con registro que se han dedicado a levantar el dedo alegremente empobreciendo más a millones de mexicanos de la clase media hasta los que viven en extrema pobreza. La traición del Poder Legislativo al pueblo es evidente si se analizan las votaciones en las Cámaras. A éste país lo están vendiendo y hundiendo 628 "levantadedos" con sus contadas excepciones.
Pronto sabremos cuáles legisladores tamaulipecos votaron contra sus propios electores y los denunciaremos como traidores en las amplias e indomables redes sociales.
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