La protesta no cesa
Carlos Manuel Sabines

Ciudad de México.- Las cifras de la violencia en nuestro país, cada vez son más tramposas. Osorio declara que de los 103 mil delincuentes detenidos en el sexenio de Calderón, sólo 3 mil fueron sentenciados y niega que haya un pacto de silencio sobre las cifras; la cuestión está en que bien a bien, nadie conoce las cantidades exactas que la violencia nos ha dejado. A Michoacán se suma Tamaulipas de manera agresiva y no hay que olvidar Guerrero.

La educación en México significa un problema por todos los lados como se le mire. Por un lado tenemos las reformas que recientemente fueron aprobadas por el Congreso; por otro, la aplicación de ellas y la falta de recursos para apoyarlas. El presupuesto asignado para 2013, en educación superior fue de 98 mil  578 millones de pesos y para 2014, la propuesta gubernamental es de 108 mil 140 millones de pesos; es decir, un incremento de 9 mil 562 millones de pesos equivalente al 5.68 por ciento; cifra con la que apenas se cubre la inflación.

Acerca de ese incremento cabe hacer unas preguntas: ¿Cómo se solventará la falta de inmuebles, menaje de los mismos, pago a docentes calificados, equipos especializados para impartir las cátedras respectivas? ¿Con qué recursos se hará frente a la investigación, considerando que actualmente sólo la UNAM y el IPN las efectúan? ¿Cómo se hará frente al aumento en la matrícula de alumnos? A menos que los encargados del rubro sean magos, no vemos cómo se pueda hacer frente a esos reclamos.

En cuanto a la reforma energética, que debe denominarse la legalización de la privatización, México sigue siendo el país de la protesta social, de la presión de la sociedad mediante las marchas, mítines, plantones, reclamos en foros, seminarios y demás maneras de plantear el desánimo, la molestia, la inconformidad ante el abuso e ilegalidad de las pretensiones del gobierno. Un consejero de Pemex acepta que el alcance del cambio lo determinará el tamaño de la protesta social; con ese consejo, a protestar se ha dicho; a las calles llaman a defender lo que es nuestro. Lo anterior es el colmo, pero si es la única forma, adelante. El raciocinio, la sensatez no valen, entonces a manifestarse.

Este fin de semana nos desayunamos con que los medios dieron a conocer que los partidos políticos están negociando apoyos a la frontera, mediante una bolsa de la que el PRI-PRD-PAN están de acuerdo, en principio para compensar las finan de los estados fronterizos. Hasta el viernes, los únicos gobernadores “preocupados” por el tema son los de Zacatecas, Michoacán, Oaxaca y Baja California; sobre lo que cabe decir, que sólo a Baja California le aplica el problema. Los otros gobernadores que debieran estar atentos, no lo están, como los de Chiapas, Sonora, Chihuahua, Nuevo León, Tamaulipas,  Coahuila, Quintana Roo, Campeche, que esperan que el hada madrina venga y arregle el problema de sus gobernados.

Por cierto, el asunto está mal enfocado, no debe tratarse de una bolsa para las entidades mediante un fideicomiso, la figura favorita para escamotear recursos del gobierno, se habla de fondos a resarcir a los habitantes afectados con el cambio 11/16 por ciento. También tenemos que decir que los diputados que están cabildeando la bolsa-fideicomiso en la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de San Lázaro, son los mismos que votaron a favor de los incrementos en la Ley del Impuesto sobre el Valor Agregado (IVA) apenas el 31 de octubre.

Esto se llama en mi tierra, incongruencia, cinismo, desfachatez y desconocimiento de qué es lo que llegan a hacer a la Cámara. Amén del  diputado chiapaneco Roblero y otro de Baja California del PT, los demás diputados de la región se hicieron ojo de hormiga, igual que en el Senado y también que los demás del norte del país.

Los ministros de la SCJN revocaron el amparo que dejó libre a Caro Quintero, bajo los mismos argumentos que hicieron que lo liberaran. Los sujetos que un día votaron en contra, ahora lo hacen a favor y ellos son Arturo Zaldívar, Olga Sánchez Cordero (ministra que por cierto, tiene en su haber, conductas ambivalentes) Jorge Pardo Rebolledo y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.

¿El maiceo, las órdenes del otro lado o qué los hicieron cambiar de opinión?

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