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1501 27 Enero 2014

 

Changos, grillitos mexicanos
Hugo L. del Río

Monterrey.- Los políticos mienten. Desde que en las ramas de los árboles nuestros antepasados, apenas medio changos, apenas medio hombres, parieron el grillerío, el líder emergente entendió que no puede decir la verdad: hablar en forma veraz sería un suicidio. Los grillitos mexicanos –ya ni a polacos llegan— se limitan a imitar a sus colegas que mentían y robaban desde hace millones de años. Está mal, pero lo entendemos. Incluso lo aceptamos, hasta cierto punto.

Pero en Nuevo León los caciques y sus cortesanos hace ya rato que cruzaron la frontera entre lo aceptable y lo inadmisible. Un buen político profesional nos suelta sus trolas con tal manejo escénico que él mismo se las cree: y sabe salir del mal paso cuando la realidad lo desmiente. Desde luego, no es el caso ni de Monterrey, municipio, ni de los otros 50 Ayuntamientos ni de Nuevo León entidad.

Rodrigo Medina se comprometió a no subir las tarifas de los camiones y, claro, los ruteros, como regalo de año nuevo, nos obsequiaron un aumento del veinte por ciento. Sor Margarita vierte ceniza sobre su cabeza, camina descalza entre espinas y llama, como aval, a la Divina Providencia para convencernos de que ya resolvió los problemas viales, de seguridad, de limpieza de las calles, del ambulantaje, de las tabernas que envenenan al respetable con sus puertas abiertas las 24 horas: Monterrey es una ciudad segura: volvemos a pasear por las noches y todo eso. Aquí coinciden Medina y Arellanes: deben suponer que todos somos débiles mentales: sus embustes carecen de originalidad y se caen sin que nadie los empuje cuando sales a la calle.

Los camioneros no se quedan atrás: la Sultana del Norte tiene el mejor servicio de México: eficiente, rápido, seguro. Je je. Ya nomás les faltó agregar que pagamos las tarifas más baratas del Cuerno de la Abundancia. Un día de éstos, Medina anunciará que le va a poner clima artificial a todo el territorio nuevoleonés, en tanto que Vuitton Arellanes, para no quedarse atrás, nos dará a conocer que ya sembró en todas las casas de Monterrey la semilla de la felicidad. No necesitamos que TecMilenio nos enseñe a ser felices: eso corre por cuenta de la alcaldesa con apetitos de gobernadora.

Pobre de mi patria chica: tan lejos de Dios y tan cerca de los partidos de derecha. Tenemos que salir de la cárcel donde nos encerró la partidocracia para impulsar las candidaturas independientes. Ya si ni eso funciona, invito a mis coterráneos a que en  masa nos vayamos a vivir a Siria. 

hugoldelrioiii@hotmail.com

 

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