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1529 6 Marzo 2014

 

Recado al Señor Rojas
Hugo L. del Río

Monterrey.- Recado para Juan José Rojas Cardona: por favor ponga un poco de orden en Monterrey. Usted será el primer beneficiado. Mire, empecemos por las calles. Es cierto que a los regiomontanos nos encanta vivir entre la mugre, pero si no hay recipientes para la basura y es deficiente la recolección de desechos, pronto estaremos como puercos, viviendo en el chiquero y hozando entre comida podrida.

Su negocio, señor Rojas Cardona, ya no son los casinos, sino la administración de Monterrey. Pero, en muchos sentidos, una cosa va ligada con la otra. Sus desplumaderos marchan viento en popa: ya sabemos que la casa nunca pierde y, cuando pierde, arrebata. Pero el número de incautos que visitan el templo del tapete verde crecerá exponencialmente si usted manda limpiar las calles.

Tampoco estaría de más que, como quien no quiere la cosa, ordene poner una que otra luminaria. Las avenidas y calles de mi colonia –Leones– son más oscuras que su pasado y su presente, don Juan José. No le pido que nos dé un poquito de amor en nuestra vida, pero sí le solicito que nos ofrezca un poquito de luz en nuestra aurora.

Ya entrado en gastos, al fin y al cabo es tan inútil ejercicio el pedir como imposible el dar, me animo a plantear que le llame la atención al almirante: no funcionan los tránsitos ni la policía municipal. De nueva cuenta, epígono de Birján, redunda en su interés tener calles despejadas para que los pobres diablos que lo enriquecen tengan espacio para estacionar sus autos. Y cuide que los cuicos no asalten a la clientela antes de entrar a la sala de juego: en todo caso, que consuelen al desvalijado cuando sale, haciéndole creer que le quedó algo de feria para los azules.

Me siento obligado a tomarle la protesta, don Juan José: si no cumple, regrésenos las llaves de Monterrey.

Perla azteca en Burdeos
En su último escrito, “De la experiencia”, Montaigne, el padre del ensayo moderno, escribió, entre 1587 y 1588 estas aladas palabras: “Es la lección primera que los mexicanos suministran a sus hijos cuando al salir del vientre de las madres van así saludándolos: 'Hijo, viniste al mundo para pasar trabajos: resiste, sufre y calla'”. Sí, jefe Michel, vivimos en consonancia con su consejo.

hugoldelrioiii@hotmail.com

 

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