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1542 25 Marzo 2014

 

41 años de Tierra y Libertad
Lupita Rodríguez Martínez

Monterrey.- El viernes 28 de marzo se cumplen 41 años de la fundación de la colonia Tierra y Libertad, movimiento que modificó el contexto socio-político de nuestra entidad, al gestarse como organismo autónomo, con organización e ideología propia, las cuales han determinado su existencia hasta la fecha.

La etapa cuando surgió este movimiento (años sesentas y setentas), se caracterizó por ser un período de crisis económica, que el entonces presidente Luis Echeverría, llamó eufemísticamente de “Atonía Económica”. Además se enfrentaba una explosión demográfica que ocasionó un alto crecimiento poblacional del Área Metropolitana de Monterrey, en el orden del 8 por ciento anual.

A partir de 1970 el país registraba una crisis agropecuaria –hoy todavía no superada–, que nos llevó a perder la autosuficiencia alimentaria e impuso un fuerte movimiento migratorio del campo a los llamados polos de desarrollo, como Monterrey.

El movimiento democrático estudiantil, obrero, campesino y magisterial presentaba un auge en todo el país en las décadas de los sesentas y setentas. Nuevo León no fue la excepción, las luchas estudiantiles, maestros y normalistas; sindicatos universitarios, mineros, ferrocarrileros y hasta empresas privadas, como Keramos, Galletera, Medalla de Oro, entre otras, fueron escenarios de lucha de los trabajadores y estudiantes por mayor democracia, mejores condiciones laborales, mayor apertura en los derechos y acceso a la educación.

En contrapartida, no existían en el país políticas sociales de vivienda, ni instituciones que atendieran las crecientes necesidades y demandas de suelo urbano y de vivienda popular.

En este complejo contexto se dieron las condiciones para el surgimiento del movimiento urbano-popular más grande en la historia de Nuevo León, que se manifiesta primero en la colonia Tierra y Libertad, en 1973, y posteriormente se constituye en un movimiento más amplio, representado por el Frente Popular Tierra y Libertad, en 1976, estructura que aglutina colonos, posesionarios, obreros, campesinos, pequeños comerciantes sobre ruedas, choferes, etcétera.

La Colonia Tierra y Libertad puso en marcha un modelo organizativo basado en la formación de cuadros; la gestión, la autogestión y la gestión compartida; la toma de decisiones colegiadas a través de asambleas, así como la integración por decisión colectiva de los órganos de poder.

Tierra y Libertad es un proyecto de desarrollo urbano que convirtió la autoconstrucción o el trabajo voluntario en el hilo conductor de su propio desarrollo y transformación. En un enfoque colectivo se resolvieron las necesidades básicas de sobrevivencia y de servicios primarios, con la introducción de redes de agua, drenaje y electricidad.

La urbanización del entorno se fue atendiendo al paso de los años, con pavimentación, alumbrado, vialidades, transporte público, espacios deportivos y de recreación, centros de consumo y fuentes de trabajo.

Se construyeron centros de salud y hospitales y, como un capítulo especial, se atendieron las necesidades educativas de este sector poblacional. La educación se convirtió en una de las actividades de más alta prioridad, por considerarla como el mecanismo más importante para lograr la movilidad social y como la única y efectiva vía para revertir el círculo de la pobreza.

Como logro educativo, el Frente Popular Tierra y Libertad hoy cuenta con más de cien escuelas desde el nivel inicial, prescolar, primaria y secundaria, escuelas de Artes y Oficios, Preparatoria Técnica y también se ha puesto en marcha su propia Universidad, con once carreras profesionales.

Alcanzar estas metas y objetivos no ha sido fácil. Se ha atravesado un sinuoso camino de incomprensión de las autoridades de gobierno, represión, persecución, cárcel y hasta muertes; e, incluso, de intervención y ocupación militar por varios años.

A pesar de todas las experiencias duras, Tierra y Libertad se mantiene como una sólida organización en pie de lucha a sus 41 años, que continúa la búsqueda por alcanzar una sociedad más justa, igualitaria, democrática y de bienestar para todos.

Y, sobre todo, seguimos fieles a los ideales revolucionarios de Zapata y Villa, por un México para los mexicanos que menos tienen. Somos partidarios de los principios, no de los hombres y… la lucha sigue y sigue.

 

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