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1552 8 Abril 2014

 

Tampico alegre
Hugo L. del Río

Monterrey.- Quince muertos en 29 horas de balacera. Pero, qué alivio: todos eran malosos, nos entera el alcalde de Tampico, Gustavo Torres Salinas. Qué consuelo al enterarnos, gracias al edil, que las balas tienen un destinatario y no se desvían un ápice de su trayectoria. Ningún civil, ningún inocente lastimado.

Los trece hombres y dos mujeres abatidos eran, todos, mafiosos. Pleitos entre ellos, a quién le importa, parece decirnos el jefe de la comuna porteña. La fiesta de fuego y sangre y acero empezó el sábado a las doce del día, más o menos, y terminó el domingo alrededor de las cinco de la tarde.

Tampico es el centro de una de las más importantes regiones petroleras de México y es, además, el segundo puerto marítimo en importancia. Conviven con un millón de personas los troperos de un batallón del Ejército, los fusileros marinos del Distrito Naval, la policía acreditable (je, je), los municipales, los del estado, los judiciales, los gendarmes de la Federación y sepa Dios cuántos otros servidores de la patria.

Los sicarios no se dejaron apantallar y, a lo que parece, nadie los molestó. Eso sí, Torres Salinas asegura que estuvo en contacto con el gobernador Egidio Torre Cantú, quien “ha estado muy atento” no sé si a la crisis de seguridad o a las telenovelas.

Para los regiomontanos modestos, Tampico ha sido siempre una afortunada combinación de Cancún y Acapulco. La ciudad es fea, pero simpática, alegre, hospitalaria. El Hotel Inglaterra nos regaló momentos muy agradables. Si gusta ir allá ahora que vienen las vacaciones de Semana Mayor, el presidente municipal Torres Salinas le dará la bienvenida.

No se deje intimidar por la leyenda negra de que las carreteras son dominio de los pistoleros. Esas son calumnias de los enemigos de México y Tamaulipas.

Pie de página
Mickey Rooney se adelantó, como siempre. Hijo de artistas de vodevil, inició su carrera a los diecisiete meses de edad y seguía trabajando a los 93. Filmó 150 películas, casó ocho veces y dejó nueve hijos y una falange de nietos. Mickey y su pareja, Judy Garland, en la serie del Juez Hardy, formaron parte de la infancia de los hombres de mi generación. Chaparrito y corajudo, whiskey en mano –su padre era escocés– estará ahora acompañando a Charlie Chaplin, Judy, Marylin y toda esa inmortal tropa en una celestial sala cinematográfica.

hugoldelrioiii@hotmail.com

 

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