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1634 31 Julio 2014

 

Primavera Regia pospuesta
Jesús González Ramírez

Monterrey.- Entre marzo y junio de 2015 Nuevo León vivirá la que tal vez sea la última batalla por la libertad y los derechos de la población. Si en esa batalla no se logra doblegar al sistema político-económico que ejerce total dominio sobre la vida y la muerte en el estado, será muy poco probable que se le pueda vencer en los siguientes años. Al menos en dos ocasiones, una en 2011 y otra en 2012, se estuvo a punto de vencer al sistema.

El movimiento social que creció en Nuevo León a partir de 2010, lo que algunos llegaron a llamar la Primavera Regia, fue madurando y llegó incluso a casi derribar el sistema. Entre marzo y noviembre de 2011 la presión fue enorme. Existía mucho dolor, rabia e indignación entre la población. Se vivieron muchas masacres, como las del Sabino Gordo o el Casino Royale; hubo dos manifestaciones importantes que reunieron cada una alrededor de 4 mil personas: la recepción de la Caravana por la Paz de Javier Sicilia, en Colegio Civil, y la protesta por el atentado al Casino Royale, en la Explanada de los Héroes. Además hubo infinidad de manifestaciones más pequeñas y acciones importantísimas, como la lucha por defender el Bosque La Pastora, que detuvo la ambición empresarial por 5 años. Pero no fue suficiente el dolor como motivador. La población no se unió, las clases media baja, baja y las clases altas no se manifestaron. Faltó talento para organizar y valentía para dar pasos firmes.

Entre marzo y octubre de 2012 se unieron nuevamente las luchas contra el sistema político, las elecciones fueron el catalizador. El 7 de julio salieron a marchar entre 15 y 20 mil personas por el centro de Monterrey; el PRI partido en el gobierno, perdió miles de votos. Las y los activistas, con un apoyo pasivo de la población, lograrían, por ejemplo, echar abajo la intención de aumentar la tarifa del metro que anunciara el gobierno; se realizaron acciones como tomar estaciones del metro y dejar el paso gratis, acción que por primera vez no era condenada por la mayoría de la población. Se dieron luchas históricas, como la del Movimiento Antichapulinazo, que de haberse ganado hubiera dejado sin muchos de sus candidatos a los partidos políticos en todo México. La presión nuevamente fue muy grande, pero una combinación de protagonismos de activistas, la intimidación de que fueron objeto por parte del gobierno y que nuevamente la población decidió no protestar (ni con sus votos ni en las calles), logró que no se cristalizaran cambios en Nuevo León, pero al menos había aumentado el número de gente que quería actuar.

Dos momentos históricos que no fueron aprovechados para lograr una transición pacífica con la que comenzáramos a reconstruir la seguridad, la economía privada y la pública.

Aunque parece complicado que hoy se comiencen a unir esfuerzos, ya que muchos de quienes fueron protagonistas hoy ya no viven en el Estado, o abiertamente colaboran con los gobiernos del PRI y del PAN, también existen otros que han tomado la estafeta y otros que con autocrítica comienzan a tejer redes conscientes de los errores de 2011 y 2012.

La batalla del 2015 será el clímax de ese Movimiento Social que surgió en Nuevo León durante la guerra contra el narco y será definitiva en muchos aspectos. Nos mostrará si la población se dejó derrotar completamente y ni siquiera sale a votar como sucedió hace semanas en Coahuila o si decide tomar las riendas del Estado y de sus vidas.

Si la batalla, que incluye las elecciones, es ganada por los partidos políticos, de nuevo será muy difícil volver a enfrentarlos, pues tienen hoy dos armas nuevas y poderosas.

Por un lado, poseen una gran cantidad de dinero del presupuesto público y la gran cantidad de dinero que “entrará” por la ya aprobada reforma energética: nos engañaran con el argumento de que seremos el nuevo Texas.

Por otro lado, cuentan con la reelección de alcaldes, diputados y senadores, que hará casi imposible sacarlos de las posiciones que ganen en 2015.
Nuestra responsabilidad es muy grande de frente a esta gran batalla; puede ser la última, o bien, dejaremos la Primavera Regia pospuesta por un largo periodo.

@proyectoepuente

 

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