Los buitres y sus engendros
Alejandro Heredia

Monterrey.- Argentina ha entrado en suspensión selectiva de pagos al haber ordenado un juez de los Estados Unidos el bloqueo del pago a los acreedores que habían llegado a un acuerdo con el gobierno del país andino. Una vez más, se demuestra que la arquitectura financiera y jurídica impuesta por los países desarrollados en detrimento de los países emergentes, asegura de manera manifiesta el eterno círculo vicioso de la deuda en los países del tercer mundo.

Los créditos blandos fluyen a raudales para los países miembros de las camarillas neoliberales, mientras que el estricto procedimiento se le exige a los países que han mostrado algún grado de audacia contra los intereses de las cúpulas financieras. En este caso un siete por ciento de los tenedores de bonos leoninos, deuda contraída por Argentina en 2001, se resistieron de forma sistemática a las renegociaciones planteadas por el ministerio económico de la Argentina.

El fondo Aurelis y el NML Capital, no han aceptado la re-estructuración planteada en 2005 y 2010, y han provocado que el juzgado de Nueva York presidido por Thomas Griesa, bloquee el pago consignado para los demás acreedores, lo cual provoca una situación aparentemente de insolvencia de Argentina, aunque disponen de fondos necesarios para seguir cubriendo sus obligaciones.

No obstante, esta situación de enredos, donde se hace un juicio expedito a la salud económica de un país por parte de compañías calificadoras como Standard and Poors y JP Morgan, el gobierno argentino ha tomado posturas que acrecientan la virtual gravedad del problema, como lo es el viaje especialmente hecho a la City neoyorquina por parte del ministro de Economía, Axel Kicillof, lo cual ha dado pábulo a los especuladores, causando un retroceso en la Bolsa de Valores de Buenos Aires de alrededor de un 8.5 por ciento.

Por octava vez, desde cuando se llevan los records de defaults técnicos, Argentina ha vuelto a experimentar situaciones de falta de calidad crediticia, aunque las últimas ocasiones ha sido más por salirse del paradigma impuesto por el capitalismo estilo casino. Quizá sea una de las consecuencias de la búsqueda de caminos alternativos ante el corrosivo sistema neoclásico que todavía germina en los países desarrollados, o la tentativa de debilitamiento de las economías emergentes, por su iniciativa de constituir un Banco de pagos común, en sustitución del Banco Mundial.