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1647 19 Agosto 2014

 

Elogio al IMSS
Ernesto Hernández Norzagaray

Mazatlán.- Circunstancias adversas de la vida me han tenido cotidianamente en los últimos meses en el Centro Médico de Occidente en Guadalajara. En este espacio público casi todos llegamos con la percepción de que encontraremos todos los males de la burocracia y en cierta forma no podía ser distinta en una institución con sobredemanda de servicios médicos. Más todavía, por la tendencia natural que tenemos los mexicanos a ver más los defectos que las virtudes de las instituciones públicas.

Y es que hay noticias tremendistas que sacuden la opinión pública. Cuando llegué a esta unidad médica del IMSS estaban las ocho columnas de que el juez tercero del Distrito de Procesos Penales Federales había fallado en contra de dieciséis médicos y se habían girado iguales órdenes de aprehensión, por haber incurrido en una negligencia que habría acabado con la vida de un menor en 2010.

Más recientemente, una médica del IMSS habría sido levantada en Zamora, para ser “torturada” porque supuestamente habría sido la causante de la muerte de un menor en un parto. Más todavía, los agresores dejaron amenazas en contra otros ginecólogos, que también intervinieron en ese alumbramiento desafortunado.

Y antes, el caso de la Guardería ABC, que costó la vida a decenas de niños  hermosillenses.

Estas noticias que sacuden a la opinión pública se  eslabonan con los juicios y prejuicios que todos tenemos de las dependencias públicas. ¿Pero eso es únicamente el IMSS? ¿Realmente todos los que por una razón u otra entran y salen del IMSS, les va tan mal? Cierto, a nadie le debería ir mal, a todos nos debería ir bien.

Nadie asegura que muchos puedan traer males congénitos que al ser intervenidos compliquen el escenario de una intervención quirúrgica. A mí me ha tocado ser testigo de casos muy críticos que llegan al lugar cuando ya es imposible soportar los dolores propios del abandono personal, la automedicación o la ignorancia. Cánceres terminales que son un grito al cielo.
Pero, igual, personas que se previenen y son atendidas oportunamente.

Más allá de eso, si las cosas están tan mal, ¿tendríamos que tirar el niño con todo y agua sucia? Porque en el fondo del cuestionamiento de la principal institución de salud pública, pone en entredicho la viabilidad de la institución.

En estos tiempos, donde la política social empieza hacer agua es previsible que no tarde mucho antes de que, así como hoy sucede con Pemex, al que se le encontraron todos los defectos, lo mismo pudiera suceder con el IMSS, y como remedio neoliberal se hable de privatización para que solo el que tenga dinero pueda ser atendido. Y el que no, a su suerte, si no es que a su muerte. Por eso, al IMSS hoy necesitamos verlo más en sus fortalezas que en sus debilidades.

El IMSS tiene la infraestructura y cobertura médica y pública más grande de América Latina, pues atiende a una población de “45 millones de mexicanos, a los que proporciona atención médica en 1,767 Unidades de Medicina Familiar, 226 Hospitales de segundo nivel de atención y 25 Unidades Médicas de Alta Especialidad ubicadas en 10 Centros Médicos Nacionales que se encuentran distribuidos estratégicamente en todo el país”. 

Chiapas
Un ejemplo es el caso de Chiapas, uno de los estados con más bajo en el Índice de Desarrollo Humano, con cerca de 3 millones de derechohabientes, que representa el 53% de la población. Ahí el IMSS, a decir por Yamil Melgar, delegado estatal en esa entidad, el Programa IMSS Oportunidades, “brinda atención a  un millón 917 mil 205 oportuno habientes, en 10 Hospitales Rurales, 557 Unidades Médicas y  8 Centros de Atención Rural Obstétrica (CARO), con mayor énfasis a la población indígena y campesina de las regiones Soconusco, Sierra, Fronteriza, Altos, Centro, Norte y Selva de Chiapas”.

“Los Hospitales y Unidades Médicas Rurales (UMR) atienden aproximadamente mil 518 partos mensuales, más de mil 453 intervenciones quirúrgicas; otorgan casi 252 mil consultas médicas mensuales de diferentes especialidades que ha beneficiado el abatimiento de los índices de mortalidad materno–infantil  y cáncer cervicouterino.

 “El IMSS en Chiapas atiende en promedio en un día típico a 831, 021 derechohabientes, lo que significa 5 mil 273 consultas otorgadas, 4 mil 509 consultas de medicina familiar, 944 consultas de especialidades, 315 consultas dentales, 673 atenciones de urgencias, 60 egresos hospitalarios, 2.71 días paciente, 56 intervenciones quirúrgicas y 23 partos atendidos -23 nacidos vivos-. Además se realizan 7, 976 análisis clínicos, 602 estudios de radiodiagnóstico, 1,774 estudios de ecosonografía, 41 estudios de tomografía axial computarizada, 331 sesiones de inhaloterapia, 85 sesiones de hemodiálisis, dos estudios de electromiografía, tres estudios de endoscopia, 822 sesiones de medicina física, 75 estudios de electrocardiografía y 54 estudios de electroencefalografía”.

Experiencia personal
Durante los últimos meses he visto pasar por el área de terapia intensiva y medicina interna del Centro Médico de Occidente, casos de pacientes provenientes de los cinco estados de la república, correspondientes a la jurisdicción de este hospital de primer nivel. Incluso de más allá, como es el caso nuestro, que sale de esa jurisdicción. Son la mayoría familias de trabajadores de clase media y baja. Que luego de ser atendidos en sus clínicas periféricas, o por una urgencia son llevados muchos para intervenciones quirúrgicas.

Los médicos tratantes y residentes no se dan abasto para prestar un servicio de auxilio oportuno. Todas las mañanas los médicos se acercan hasta sus pacientes y dan indicaciones de estudios de laboratorio y clínicos además de suministro de medicamentos frecuentemente caros que serían insostenibles para la mayoría de familias mexicanas.

No se diga para familias de trabajadores que tienen ingresos mensuales de dos o tres salarios mínimos. Y con dificultad pagan habitaciones aledañas al hospital de 100 0 150 pesos diarios y que comen los mismos alimentos de los enfermos.

Pero mi experiencia adquiere otra dimensión, con el trato de las enfermeras y enfermeros con los pacientes, que aun con los excesos de trabajos no dejan de tener palabras amables y cariñosas.  Son el alma de la institución.  Ellos y ellas están en los momentos más difíciles de los pacientes cuando se infectan, convulsionan e incluso mueren en esas salas limpias donde se pasean diariamente todos los males habidos y por haber.

Futuro
Me pregunto sobre el futuro de esta institución pública que fue creada por el Presidente Ávila Camacho y entró en operación el 1 de enero de 1943, luego de los intentos de Lázaro Cárdenas por dotar al país de un sistema de salud.
Recordemos que el IMSS es resultado de la participación tripartita del Estado Mexicano, patrones y trabajadores, que con sus contribuciones no sólo garantizan la atención de millones de mexicanos y sus familias, sino los trabajadores al final de su vida laboral tienen garantizada una pensión vitalicia de acuerdo a sus ingresos y semanas cotizadas. Son grandes cantidades de recursos públicos los que se destinan al IMSS de manera que es la segunda institución fiscal del país, la primera es Pemex, y conforme pase el tiempo van a ser mayores.

Entonces, en un Estado que paulatinamente tendrá menos recursos para el gasto  social y con una reforma laboral, que privilegia los contratos por horas, podríamos ser testigos del desmantelamiento de franjas del sistema de salud, con los subsecuentes efectos sobre una población con serios problemas de enfermedades crónicas y degenerativas. Ahí está, por mencionar uno el problema de la obesidad.

En definitiva, estamos en un momento de cambio donde el asistencialismo social de nuestro sui generis Estado de Bienestar, vive momentos inciertos por todo lo que se viene para los sectores más desprotegidos que si no revierte el camino trazado estaríamos retrocediendo un siglo en materia de salud.

Por eso, mi elogio más amplio.

 

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