Suscribete
 
1654 28 Agosto 2014

 

El día en que el Tec compró un trapeador
Eloy Garza González

San Pedro Garza García.- No es lo mismo un escudo que un logo. Las empresas como Coca-Cola o McDonald´s tienen logo, no escudo. Las instituciones educativas tienen escudo, no logo. El valor de un escudo reside en su perennidad, el de un logo en su atractivo visual. El Tecnológico de Monterrey tuvo por siete décadas un escudo, ahora tiene un logo. Y peor: un mal logo.

La agencia de publicidad que se lo diseñó es Chermayeff y Geismar y Haviv (CGH), renovadora visual de muchas marcas reconocidas en el mundo como PanAm, NBC y National Geographic. Luego fue contratada por algunas universidades como la de Nueva York, cuyo célebre escudo fue convertido en un logo minimalista. El cambio pasó desapercibido por los alumnos de la UNY, tan habituados al marketing y al atractivo visual.

Pero el cambio del escudo del Tec por un logo de marketing causó un revuelo innecesario entre sus alumnos y egresados. Primero, porque el minimalismo (“less is more”) es una moda que va y viene en la historia del arte y no es precisamente la mayor aportación de México al mundo en el ámbito estético (aquí, “mientras más, mejor”). Segundo, porque el logo del Tec es muy parecido, o es casi el mismo que el de la UNY. Ambos logotipos parecen trapeadores al revés. De hecho, muchos trabajos de Chermayeff y Geismar parecen penacho de plumeros. Unos más coloridos que otros, pero todos semejantes a utensilios de aseo.

Además, se trata del trapeador o plumero minimalista más caro del mundo: no sirve para limpiar nada. Pero corrijo: el logotipo del Tec sí sirve para limpiar simbólicamente las figuras de don Eugenio y de don Lorenzo; sirve para limpiar las carreras tecnológicas y de ingeniería que por muchas décadas distinguió al ITESM, para dejar sólo las carreras de marketing o de desarrollo organizacional (irónicamente útiles para diseñar logotipos como el que compró a precio de oro a Chermayeff y Geismar).

Muchos profesionistas somos admiradores del Tec, aunque no hayamos egresado de sus aulas. Por eso mismo, no seríamos capaces de encabezar una institución educativa tan prestigiada como ésta, con su muy particular filosofía y principios rectores. Por eso mismo no seríamos capaces de cambiar su estructura orgánica, ni su composición curricular, y menos su escudo, por un logo minimalista de marketing. Habrá otros que sí se atrevan. Allá ellos.       

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

 

15diario.com