Besos insanos
Entre la saliva dulce de tus labios
se desliza el arrebato
y sin poder dejar de contestar tu alevosía
también dibujo con mi lengua y maestría
un garabato.
Me adelanto desde el alma a tu delito
ansiosa, puesta, acomedida
para que me saques la medida
con tus labios
mientras hasta el suelo
se derrumba mi blindaje
con el montaje amoroso de tu labia.
Y baila mi lengua en tu lengua desmedida
suave, inquieta, arrebatada
y de tu pasión y tu delirio se contagian
los besos insolentes sin puntos suspensivos,
los besos y las manos sin momentos evasivos,
los besos y besos abusivos,
de virtudes veniales
de celestiales pecados
que de hurtados indultos me contagian
y me purgan la castidad de todo el cuerpo
hasta llevarme a la vertiginosa
espiral de una agonía
junto al compás de esa caricia y felonía
que siempre acaban dentro.
Besos que al final le roban la fruta a los manzanos
porque son besos de amor…
porque son besos insanos.
Maricela de la Toba