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1688 15 Octubre 2014

 

 

Cara de diablo
[Entrevista a J. Jesús Lemus]
Gerson Gómez

 

Monterrey.- Entrevistamos a J. Jesús Lemus, quien nos presenta ahora una nueva historia: Cara de diablo. El autor narra la historia y describe con maestría a los personajes que dieron pie a la formación de la controvertida comunidad religiosa conocida como la Nueva Jerusalén, situada en el municipio de Turicato, en Tierra Caliente, Michoacán.

La obra comienza con la recreación de la muerte de Nabor Cárdenas Mejorada, mejor conocido como Papá Nabor, segundos antes de que falleciera el también fundador de la Nueva Jerusalén, en 1973. En estos segundos el sacerdote hace una retrospección de su vida y cuenta la historia de la excéntrica comunidad. Por principio, confiesa cómo dio cumplimiento a la visión de Salomé, una vidente con quien tuvo una intensa relación y que le transmitió órdenes de la Virgen del Rosario, para crear una comunidad “protegida por la divinidad”.

Gersón Gómez: Novela de no ficción con elementos fundamentados en realismo mágico. ¿Qué es Cara del diablo para J. Jesús Lemus, el ahora escritor, sin olvidar su veta periodística?

J. Jesús Lemus: Es la posibilidad de explorar en cruce de los caminos de la literatura y el periodismo, a fin de poder contarle a la gente historias que por fantásticas no dejan de ser reales. Es el paso siguiente del periodismo con la posibilidad de explorar la literatura con fines informativos, más allá del esparcimiento que le pueda dar al lector.

Si bien México es un país surrealista, ¿por qué elegir la historia de la nueva Jerusalén?

Elegí la historia de la Nueva Jerusalén porque siento la necesidad de mostrar al Michoacán que pocos conocemos, el que a veces es difícil de entender. Elegí esta historia porque la he estado amasando desde hace más de 20 años. Cuando estuve en la cárcel tuve la posibilidad de sentarme a escribir sin prisas y gran parte de Cara de diablo es el resultado de mis noches de desvelo en la angosta celda de Puente Grande. Además siento la necesidad de contar esta historia porque es un retrato del México olvidado, analfabeta y fanático que se supone ya hemos superado, cuando en realidad no es así.

¿Podríamos decir que Michoacán es campo fértil para las utopías?

Sin duda alguna. Cualquier utopía puede pasar en Michoacán: desde un albergue que funcionó 60 años sin revisión alguna y que era un verdadero campo de concentración, hasta grupos de civiles armados que se levantan contra el crimen organizado ante la ineficiencia de un gobierno estatal que se ha corrompido hasta el tuétano, o un comisionado que hace funciones de gobernador… y todo pasa sin que nada pase. Así es la Nueva Jerusalén, una perla más en el rosario utópico de Michoacán.

¿La Nueva Jerusalén es un problemas social, político y religioso para el estado mexicano y para el Vaticano?

Creo que para el Vaticano ni siquiera existe como problema. Más bien es un problema para el estado mexicano, el que tiene la obligación de observar que las condiciones de culto que se llevan a cabo en ese lugar no atenten contra el marco jurídico. Corresponde al estado mexicano velar por la seguridad emocional de los que se han sumido en la fe ciega del Padre Nabor, los que desde hace más de 40 años están rezando día y noche.

¿Hasta dónde puede llegar el fanatismo?

Lamentablemente, el fanatismos de la Nueva Jerusalén puede llegar al extremo de cobrar vidas, sea porque los grupos al interior se sigan confrontando más intensamente, o sea por un suicidio colectivo que pudiera vaticinar la llegada de un nuevo orden universal, de acuerdo a sus creencias.

¿Fanatismo y narcotráfico en Michoacán?; ¿pruebas de su existencia?

No.  Creo que en el caso de la Nueva Jerusalén no hay pruebas visibles de que haya mezcla del narco en el fanatismo. Son dos elementos que existen por separados en el suelo michoacano, pero no se entrelazan en la Nueva Jerusalén. Dentro de los muros de la nueva Jerusalén existe más preocupación por no ofender a Dios y a la Virgen, en vez de narcotraficar.

¿Se puede vaticinar la réplica de repúblicas de corte religioso, políticas o del crimen organizado?

La ciudad de la Nueva Jerusalén es en sí un republica religiosa, es una teocracia, pues finalmente la única ley que se respeta es la que va dictando la Virgen/Dios a través de una vidente y de un sacerdote que gobierna a más de 30 mil personas.

¿Te interesaría escribirlas?

Sí. Sin duda uno de los temas que más me han apasionado en mi vida periodística son los de corte religioso e ideológico, en donde las masas son seducidas por la tiranía ideológica.

¿Te dejó alguna huella esta historia?

Sin duda alguna. La figura del Padre Nabor (“Cara de diablo”) no me dejó intacto. Cualquiera que conoce su historia finalmente se queda con una parte de Nabor en su raciocinio. Porque finalmente los hombres somos buenos y tiranos, y es esa dualidad la que no podemos manifestar tan fácilmente la que nos hace valorarnos en nuestra justa dimensión.

El lector, después de adentrarse en las páginas de la obra, ¿puede dormir con la conciencia tranquila al conocer Cara del diablo, la historia de la Nueva Jerusalén?

Espero que no. Ojalá que todos al terminar de leer Cara de diablo no sigan siendo los mismos. Ojalá que todos podamos identificar esa dualidad que oscila entre lo bueno y lo malo, porque ésa es la única forma de definir nuestro vaivén social: ser buenos o ser malos.

 

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