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1708 12 Noviembre 2014

 

 

Puuuros cuentos
Eligio Coronado

 

Monterrey.- Los cuentos se originan de diversas formas: de la invención personal, de la invención colectiva o popular, de la forma de hojear la realidad, de la realidad distorsionada de los sueños...

... de la realidad inventada por los rumores, de la anti-realidad provocada por el miedo, de la influencia que recibimos al leer obra ajena, del deseo imperioso de elaborar variantes de los cuentos clásicos, de la combinación de elementos anteriores y hasta de la casualidad.

En Puuuros cuentos* distinguimos algunas de estas formas, en especial tres: invención personal, forma de hojear la realidad y la anti-realidad provocada por el miedo. Su autor,  Francisco Juventino Ibarra Meza (Montemorelos, N.L., 1962) sabe entretejer con lenguaje popular, algo de humor y picardía los hilos que desprende de la realidad.

Pero ese lenguaje popular no está exento de toques poéticos, toques que el autor sabe aplicar en los pasajes necesarios, específicamente en las descripciones: “La oscuridad era espesa y el frío intenso. (…) El sonido suave de la lluvia sobre la lámina de zinc, parecía adormecer al silencio” (“La huerta”, p. 37), “La borrasca se precipitaba hacia la cubierta de un barco que se agitaba en un mar ensordecedor, (…) que bramaba de furia y se retorcía en mil marejadas contra el viento” (“Luzazul”, p. 68-69), “Miré el vuelo de la moneda y vi cómo las urracas ponían una mancha oscura en el cielo amarillento de aquella tarde de verano” (“La más difícil”, p. 73).

Algunas de sus historias se inscriben en el costumbrismo tardío (“Puro pájaro nalgón”), en el realismo urbano (“Matando venao”, “Amor como el nuestro”, ”¿Pos qué llevo?” y “La más difícil”), en el subgénero de terror (“La huerta”, “Los ojos de un niño”, “Un siniestro secreto” y “Nunca más”), en el género infantil (“Los cárteles de las letras”) y en el subgénero psicológico (“Luzazul” y “El día de hoy”).

El estilo del autor es directo, pero sabe establecer la claridad con precisión y amenidad. Lo mismo ocurre con sus temas: un galancito de barrio descubre que la chica que piropea tiene pareja y acaba cargando las bolsas del mandado de ambos; un joven descubre que la mujer con quien se ha citado es en realidad un hombre y de todos modos acepta el romance; un hombre se atormenta por no saber qué obsequiar en un intercambio de regalos y acaba comprando el disco de moda; un cantinero no le cobra a un cliente empistolado por miedo y al final descubre que dicho cliente guarda su dinero en la funda, debajo del revolver; un fenómeno sobrenatural sacude la casa vecina a un huerta; un niño se le aparece a un viejo de 3 a 5 de la madrugada; un hombre enloquece por culpa de una aparición emplumada; un vampiro disfrazado de actor muerde a todos en una reunión donde se presenta recitando “El cuervo” de Edgar Allan Poe; un hombre se enfrenta a su más terrible temor: el agua fría de la regadera y acaba alucinando que se hunde en el mar encrespado; un niño gana un volado con trampa y su padre lo obliga a devolver lo obtenido; un hombre recibe cartas de su esposa muerta; las letras de una biblioteca se dividen en dos bandos para enfrentar a dos nuevos libros que están por llegar: Las frases matonas y Las frases asesinas, reflejando con esto que el miedo y la inseguridad han llegado a niveles inauditos.

Destaca el cuento “Luzazul”, por la lucha psicológica del personaje al enfrentar su miedo al agua fría: “aquella luz azul que aparecía en mis ojos cada vez que el agua de la lluvia, del grifo, del mar, del río o de la alberca, se escurría por mi cara. Era como un chispazo, un relámpago que se agitaba en medio de la oscuridad de mi vida y me hacía perder la razón y la esperanza” (p. 65) y también por la lucha del autor por no quedarse en la superficie de una historia que merecía mayor profundidad y la obtuvo.

 

* Francisco Juventino Ibarra Meza. Puuuros cuentos. Monterrey, N.L.: Letras Regias, 2014. 106 pp.

 

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