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1730 12 Diciembre 2014

 

 

MUROS Y PUENTES
Tiempo de los inmigrantes
Raúl Caballero García

 

Dallas.- En Dallas el consulado mexicano se prepara para atender la ola “inminente” de mexicanos indocumentados que pueden ser beneficiados por la orden ejecutiva del presidente Barack Obama.

Estiman que la mayoría de ellos buscará contar con su pasaporte mexicano o la matrícula consular (una tarjeta que sirve para validar identidad y nacionalidad). Recién han anunciado una línea telefónica exclusiva y jornadas extraordinarias vespertinas, para lo cual ya cuentan con por lo menos 11 asociaciones comunitarias que participarán con voluntarios.

Esos afanes contrastaron con los de Obama, pues el mismo día que el consulado en Dallas anunciaba sus planes, el presidente estadounidense pedía “coraje” a los inmigrantes indocumentados para acoger su iniciativa de alivio migratorio; en un foro sobre migración en Nashville, reconoció que se requerirá una alta participación para dar confianza sobre el alivio migratorio que anunció.

De hecho, el lanzamiento aún está por darse –los formularios y su distribución apenas se preparan, al igual que el personal de inmigración, ante la tarea burocrática implícita–; se espera que en algún momento de enero se anuncie el banderazo de salida.

Pero hoy, en vísperas de su aplicación, la percepción es que entre los inmigrantes indocumentados prevalece el temor. Al parecer el ruido que hace la derecha del Partido Republicano en contra de las medidas emprendidas por Obama y en contra de los mismos inmigrantes indocumentados (siguen cacareando su criminalización), hacen que crezcan las reservas para salir de las sombras y acogerse al alivio migratorio.

Y es que se cree que con la mayoría republicana en las dos cámaras, los legisladores antiinmigrantes harán de las suyas, pero lo cierto es que no pueden hacer mucho; además, la Casa Blanca ya anunció que vetará cualquier iniciativa que busque impedir su orden ejecutiva.

El problema real aparecería si dentro de dos años les arrebatan la Presidencia a los demócratas; entonces muy probablemente se busque revocar, entre otras cosas, el alivio migratorio dado por Obama. Pero estar considerando eso es adelantarnos demasiado; hoy por hoy se ha otorgado a más de cuatro millones de inmigrantes un amparo contra la deportación, garantías de permanencia legal y derecho al trabajo; y mi parecer es que deben aprovecharlo; al final, creo, eso mismo será parte del impulso que falta para la reforma migratoria integral.

Mi viejo amigo Lucrecio Petra, que está de visita, pasa cerca de mí (café en mano) y lee esto por encima de mi hombro, dice que no es ningún futurismo eso de considerar “adelantarnos demasiado” en torno a las elecciones presidenciales. De hecho éstas ya se cocinan, dice, habrá muchos pleitos por los migrantes –que serán una vez más conejillo de indias en la rebatiña política– pero incluso antes del día de las elecciones por la grande, en lo alto de las campañas, el guiso estará listo: los demócratas ganarán la Casa Blanca.

Los argumentos que esgrime nuestro gurú político son que el cambio demográfico que representa la presencia de los latinos termina de cobrar forma. Los inmigrantes reciben además el apoyo de la comunidad latina. En contraposición los republicanos se han resistido, hasta ahora, a aceptar ese cambio que se viene dando y en eso llevan la de perder. Dice que hoy todos los inmigrantes se respaldan, que ya no somos mexicanos aquí, puertorriqueños en Nueva York, cubanos en Florida, etcétera; hoy la diversidad se ha extendido, hoy todos somos latinos. La Florida está a punto de dejar de ser bastión republicano. Muchos ya consideran ese estado perdido por los republicanos, precisamente por su cacareo antiinmigrante. Sin Florida o sin Colorado no podrán pelear la Presidencia. Luego de estos dos años que según Lucrecio serán de pataletas y coletazos de los ultra conservadores, los republicanos se verán obligados a aceptar que no pueden seguir en contra de los inmigrantes.

Escritor y periodista regiomontano, es director editorial de La Estrella en Casa y La Estrella Digital en Dallas/Fort Worth, Texas. E-Mail: rcaballero@diariolaestrella.com Twiter: @raulcaballero52

 

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