Un método electoral que no conocimos en Nuevo León
Eloy Garza González

San Pedro Garza García.- Beppe Grillo fue el activista político italiano que mejor supo utilizar las redes sociales en toda la historia de Internet. Y lo hizo superando experimentos tan arriesgados como el crowfunding de la campaña electoral de Barack Obama en EUA.

Y es que Grillo llegó a la raíz del radicalismo digital: nadie lo ha empatado en sus audacias.

Este cómico histriónico comenzó criticando la corrupción que asfixiaba al entonces gobierno de Silvio Berlusconi y terminó fundando un partido político que denominó Movimiento Cinco Estrellas. ¿Cuál fue la nota que distinguió a esta organización política? La elección de candidatos a cargos de elección popular.

Quienes aspiraron a una candidatura por el Movimiento Cinco Estrellas para las elecciones generales en Italia, hace algunos años, no ocupaban ser militantes de ese partido. Bastaba con asumirse como candidatos ciudadanos. Muchos estaban hartos de la descomposición del sistema político italiano, dominado por el famoso dicho mexicano: “ladrón que roba a bandido, merece ser ascendido”. Dicha organización política, antisistema, abrió una plataforma web de código abierto (open source), donde cada aspirante a candidato ciudadano podía enviar sus propuestas de campaña grabadas en un simple video casero, subido a YouTube, junto con un post donde describía a grandes rasgos su ideal político.

Luego, la plataforma sometió al escrutinio de los usuarios en red la opción de cada aspirante, configurando un sistema de votación en línea mediante clics, y en donde el ciudadano inscrito con más votos o “likes”, se quedaba con la candidatura. Así de simple. La tarea de Beppe Grillo consistió en cohesionar a los ganadores en torno a un mismo programa de gobierno.

Con este original sistema de elección, el Movimiento Cinco Estrellas obtuvo un inesperado 25.5 por ciento de votación electoral, lo que le dio 108 diputados en el Congreso y 54 senadores. Fue una hazaña memorable, sobre todo porque Grillo decidió no dar entrevistas de prensa a ningún medio masivo de comunicación a lo largo de la campaña y evitó cualquier publicidad que no fueran mítines directos y declaraciones en su página de Facebook. No invirtió un céntimo en pendones, panorámicos ni spot televisivos.  

¿Se imaginan lo que hubiera pasado si algún partido político de Nuevo León hubiese elegido a sus candidatos mediante videos caseros subidos a YouTube y votando a partir de clics en una página web? El experimento digital de Grillo funcionó como reloj suizo.

De haberlo operado aquí, otro gallo nos cantaría y tendríamos ahora candidatos más presentables, menos dedeados, a diferencia de los que aparecen ahora en los panorámicos y los spot de televisión.