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1801 23 Marzo 2015

 

 

Desvaríos en carmín, por Aristegui
Joaquín Hurtado

 

Monterrey.- La Loca me da el pitazo. Modulo el cuadrante del radioplayer.  Busco el noticiero. Alguien continúa informando, definitivamente no es Aristegui. Regreso angustiado al teléfono, ya no hay nadie en el otro extremo. Le marco a la Loca. No está. Tocan a la puerta. ¿Serán los mormones, los narcos, los limosneros de todo el santo día?

No. Son los promotores del voto Carmín. Nomás a ellos se les ocurre. Sonrío a los chavos, dos varones y una damita. ¿Sí, qué se les ofrece? -asomo nomás la máscara, finjo vulnerabilidad.

-¿Ocupado, don Joaquín?

-Ellos me conocen, ¿sabrán que fumo Siriguaya?

Portan playeras con el nombre de la Candidata, quieren interrogarme sobre la política. La fulana ya se cree emperatriz de América. Los hago sufrir: ”esperen un momentito”. Y los dejo enfriar en la intemperie, bajo el chipichipi. Pobrecillos. Marco a la Loca, me contesta, me suelta el reporte y resume: no ha sido posible silenciar a Aristegui. Le exigen que se rinda.

Insensatos. Aristegui sí entiende que sí entiende. He ahí la gran diferencia. Se pasan de lanza. Pobres chavitos, tan tiernos, no saben que no deberían estar aquí. Los veo. Se inquietan, Se cubren la cabeza con las mochilas. El mayor se recarga en la polvera de una camioneta. Está chulito. Si no viniera en parvada ya lo hubiera pasado a la madriguera.

-Qué asco si es del Carmín.

-Mi corazón es apartidista, neutral como los suizos.

La Loca teoriza. La estadística matemática predictiva tronó con el modelo electoral, como él llama al neorrealismo sanguinario de nuestro sistema político. Todas las encuestas de popularidad han fallado. La dorada botonadura de la chaqueta del mayor me excita. Su imagen no pide comprensión, sólo exige veneración. Es hermoso.  Sus ojos son como cristales que iluminan un tiempo fragante. Su estampa de pollito remojado me cura del agobio noticioso.

-Ya nadie entiende que nadie entiende -dictamina la Loca. Reímos. Chau, nos despedimos, sí al ratito hablamos, déjame le hago la lucha al Adonis ensopadito que tengo allá afuera, no vaya a coger neumonía. Pasen al porche, hijos, siéntense en mis mecedoras Home Depot, doce meses sin intereses, pónganse cómodos. Y díganme. Y dicen: -Es necesario que nos conteste unas preguntitas sobre la que va a ser la próxima gobernadora -suelta la chica, ahilada.

-No tan rápido, hija.

-No me diga hija.

-No lo haré, hijita.

Exploto. ¡Si ya sabes quién va a ser la próxima gobernadora, no hace falta más nada, querida! Pero no importa, platiquemos, somos tiempo sin tiempo. ¿Quieren un té, un cafecito, coca? Sólo me dirijo al guapo. El cabroncito se soba la botonadura. Se quita el chaquetín. Qué imponente bulto, activo y soberbio como el Popocatépetl. El sí sabe que yo me desfondo por él. Cae un rayo. Los cristales vibran. El lame la empuñadura de su pluma. La patria es muy generosa, qué buenos mozos anda pariendo. Amo deveras este país. 

La damita escribe un montón de garrapatas en su formulario. El menor se hace pendejo. El mayor y yo andamos urgidos de revolcarnos en mi edredón queen size de Sears. Tan desolado y frío. Los dedos apestosos a flujos genitales de la babosa son infatigables. -¿Qué tanto escribes, niña?, te va a dar artritis. -Ríen. Ah, mis dividendos sectoriales. Los nombraré subjefes adjuntos cuando me nombren ministra. Quien busca encuentra. El mayor se sacude el cabello mojado, fertiliza con perlas y diamantes mis adoquines. Qué perfectas sus nalgas, sus pantalones pardos. El menor se clava frente a un teléfono millones de veces más inteligente. Me arrellano en la poltrona, saco descarada mis abanicos. -Cuántos años tienes, grandote.

La  chamaca se alebresta, abandona sus apuntes, se pone en guardia, responde por el galán:

-16 cumplidos, pero representa más.

Me cachó. Mi veneno ya no surtirá efecto. 

-Así que son novios.

-Ajá.

-Maldita zorra, se robó a mi marido.

La Aristegui es un punto enconado que me pudre el alma, no me deja concentrarme. Necesito más información. El mayor se extiende:-Yo estudio ciencias políticas, apenas termine y nos casamos. -!Ay qué bueno, felicidades! - Yo junto hipócrita las manos, veo al trío de pedorros adolescentes y me cae encima la realidad. Este país ya se fue a la mierda.

-Oí un rap o algo así, la otra vez: “Eres de a pie y qué pues/ bájale a tu pex/ con el Efectivo no te metas o/ te pongo los ojos al revés.” ¿A qué Efectivo se refiere la melodía?

La chica detiene mi actuación, me mira fijamente, parece muy aterrada, el país corre grave peligro y sólo  gente como ellos lo salvarán. Para esta señorita ya no existe el respeto, la moderación, mira como si viera nomás cochambre, pus, pellejitos, costras a su alrededor. La chiquilla rezuma odio: -Pero nuestro partido regresó para quedarse. Su lema: no pego para que me aplaudan.

(Risotadas.)

La Aristegui todavía tiene el descaro de criticar este sexenio al aire, no comprende la dimensión del nuestro fracaso, para qué se mete en lo obvio. - Los meones politólogos son catedral de saberes imperiales. Según ellos el micrófono de Aristegui sólo amplificó su propia posibilidad de bajarle de huevos. Y le bajó. “Mejor maquíllese como mujer patriota y lárguese a Hawai. Por necia le va a caer el chahuistle. La van a triturar con diligencias, litigios, querellas, violaciones contractuales, acumulación tóxica de minutas diminutas y eternas. Nadie saca a la Aristegui de donde solita se ensartó. Fue ella quien lastimó la confianza de sus benefactores, corrompió el precioso espectro radioeléctrico, propiedad presidencial.”

-Qué bueno que a estos coralillos no les di ni agua.

-La raíz del sistema nunca ha estado tan en riesgo -ataja el menor, el zombi. -El dólar en las nubes y el peso en picada, todo luce abollado. Se nos hizo añicos la Imagen, se depreció la marca País en los mercados volátiles. Urge otra luna de miel como valor de reconciliación nacional (una con carruajes de opereta y reformas estructurales al vapor, a eso le llama él raíz del sistema).

-Te luces discursivamente, mi amor, llegarás a senador. Yo, por mi parte, ya estoy aburrido. Mejor regresen mañana. Mejor me dejan a la belleza mayor, debe saber a dulce futuro.

Y brindo por su leche rabiosa. Salen.

 

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