MALDITOS HIPSTERS
Riesgo en las aerolíneas económicas
Luis Valdez

 

Monterrey.- En una de esas que viajé en Vivaerobús (empresa de avioncitos usados de Marthita & Sons) todavía que el abejorro llega con una hora de retraso, se apaga el aire acondicionado en pleno descenso en la ciudad de Veracruz. En tres minutos el interior se volvió baño turco.

¿Hasta qué punto estaremos dispuestos a que una empresa nos mande en una aerolínea de bajo costo? ¿En algún momento el empleado dirá: si me mandas a tal lugar, no me subiré a un avión de esos? Cuando la cuestión de que te venden los cacahuates, fritos y refrescos está de más, lo vital es (por supuesto) la vida. ¿Te estás jugando la vida viajando en una empresa de este rubro? Definitivamente sí.

Un detalle que llama la atención sobre el vuelo que se estrelló en los alpes suizos, fue la clase de pasajeros que lo utilizaban. Dos cantantes de ópera, una científica mexicana que estaba por concluir su posdoctorado y residía en España, entre otros. Puede que no hayan pensado, en su costumbre, en perder la vida. Las cosas raramente funcionan como en el guión de Destino Final, donde una premonición te salva. El riesgo está (y está en todas partes y en todo momento), pero saber qué tanto estás dispuesto a correr, es cuestión personal.

Por mientras, la empresa de la tragedia recurre a naves y vuelos de otras aerolíneas para cubrir las faltas de los empleados que están en shock por el estrés. ¿Bajará todavía más sus precios hasta que vuelva a hacerse de buena fama? ¿Ofrecerá paquetes promocionales a empresas que prefieren minimizar gastos en los traslados de su gente? ¿Cerrará y luego se cambiará el nombre?

Ese tipo de información nos serviría al momento de imaginarnos abordando un vuelo no sólo en Europa, sino también en nuestro igualmente trágico país.