DISPARATES
El mambo del ruletero   
Armando Hugo Ortiz

 

Monterrey.- Me extrañó ver un retén en la entrada al aeropuerto de Monterrey, la semana anterior. Luego supe que era  contra los autos Uber.

Llegó este sistema a Nuevo León, con la estela de reclamos que ha generado en otros países, en España hasta se incendió un auto intencionalmente.

El sistema es expedito, comunícate con tu Smartphone, te informan la tarifa y llega presto un auto. Pago al final con tarjeta de crédito y punto.

Se anuncia como el mejor, más rápido, más barato. En Monterrey el banderazo es de 30 pesos y 3.5 por kilómetro.  

El costo puede ser un poco mayor, los autos de marcas convencionales con seguro, los conductores, nada del otro mundo; la gasolina se adquiere al mismo precio. ¿Cuál es la diferencia?; que no pagan por placas de taxi ni tienen color oficial.

Por ello, en Monterrey se catalogaron como taxis pirata, secuestraron varios vehículos, debiendo pagar miles de pesos para su liberación. Pese a ello, Uber sigue funcionando de forma casi clandestina.

La queja fue de los taxistas registrados, pero este gremio tiene un negro historial, como uno de los arietes del PRI Gobierno, desde los tiempos negros de Martínez Domínguez; en las elecciones viajaban en caravana a votar en varias casillas, o a robar urnas cuando se ofreciera.

Así, la represalia contra los Uber se vio como Papá Prinosaurio defendiendo a sus crías.

Hablan de competencia desleal, pero a lo mucho son 200 vehículos, usados en particular por jóvenes pudientes, dispuestos a pagar un poco más, una moda cool.

Para la prole que no posee Smartphone ni tarjetas de crédito, seguirá el mismo sistema de mediados de siglo XX, cuando se le preguntaba al  ruletero, al chafirete, al macalacahimba, al icuiricui (Pérez Prado dixit): ¿Cuánto..? 

Dos pesos dejada.

a_hugo16@hotmail.com